Hogar

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La única escoba que habían encontrado Sirius y Lia era la de unos muggles de tamaño miniatura, como para un muggle bebé. Buscaron unos pocos minutos más y encontraron la escoba de Sirius hecha añicos y a lo lejos también se vio la escoba de Lia partida, un trozo del mango junto a una maleta y unos fierros que parecían ser de la jaula falsa, Lia había agradecido entonces a Moody de que llevaran otras escobas y no las suyas, aunque eso era más que todo para ser idénticos a Harry, aún así lo había agradecido muchísimo porque adoraba mucho su escoba y no le habría gustado que terminara de esa forma.

-¿Ahora qué hacemos? -preguntó viendo los añicos de su escoba
-Ah... A correr -respondió Sirius con una sonrisa que Lia detestó
-No, no voy a correr hasta casa no sé dónde estamos y debemos de estar lejos
-Un poco -comentó Sirius mirando a detalle las calles donde se encontraban- y yo si conozco no te preocupes -añadió ganándose una mirada de aburrimiento de parte de Lia- Eloise no hay de otra o corremos o perdemos el traslador y será culpa tuya
-No, es culpa tuya, primero no debiste de haberte atravesado, hubiésemos seguido en nuestras escobas, ese hechizo no me habría caído y ahora estuviésemos llegando a casa sin ningún rasguño
-Yo me rompí unos cuantos huesos pero no te preocupes mucho
-¡YO ME ROMPÍ LOS LENTES! -gritó Lia mostrándole la cara y acercándose enojada a él- veo todo con una grieta -añadio caminando molesta
-Tranquila el efecto multijugos se pasará pronto y no necesitarás eso, ahora debemos correr si perdemos ese traslador demoraremos más de cuatro horas en llegar a la madriguera -dijo poniendo la mano sobre los hombros de Lia haciendo que ella refunfuñara

Sin ninguna otra opción Lia empezó a correr junto a Sirius, hasta cierto tiempo estuvo más que bien, debido a los pies y la condición de Harry pero esto cambió cuando la poción multijugos se pasó y Lia no se percató hasta después de correr unas pocas manzanas con su verdadero cuerpo

-Ya no estamos tan lejos -decía Sirius aún corriendo sintiendo un poco como Lia se quedaba atrás
-No veo, me duelen los ojos -se frenó Lia deteniéndose por completo haciendo que Sirius voltease a verla para que al fin se percatarse del cambio- ya me canse -añadió apoyando sus manos en sus rodillas
-Listo -dijo Sirius corriendo hacia ella y quitándole los lentes de Harry y tirándolos hacia el patio de unos Muggles- ya tienes el cuerpo de mi hija -informó haciendo que Lia también lo notara
-Oh. -Se había cansado más de lo imaginable y recién se percató de él porqué, había corrido tanto antes pues no estaba en su cuerpo el cual tenía un rendimiento físico de cero- yo creo que aunque corramos más no llegaremos porque seguro ya se habrá ido
-Debemos intentarlo estas calles son las más lejanas a nuestra casa pero no queda mucho en unas cuantas más reconocerás el lugar

Lia se lanzó a la espalda de su padre quien ya estaba preparado para cargarla, corrió tanto como pudo hasta que Lia se percató al fin de que estaba por una calle que conocía, era de las que veía cuando paseaba con Canuto o Narcissa y quizás algunas podría haberlas conocido junto a Hermione. Amaba el lugar amaba su hogar y amaba como se sentía estar nuevamente de regreso. Se bajo de la espalda de Sirius y empezó a ver el lugar emeblesada, caminaron un poco más ambos recordando haber estado ahí desde la infancia de Lia, ahora se cumplía lo que la pequeña Lia añoraba, Sirius el Sirius con el cuerpo de su padre y no el perrito que de igual forma tanto amaba.

-¡Nuestro hogar! -suspiró Sirius viendo la casa tan entusiasmado como Lia- ¡A dentro! -exclamó y ambos sonriendo entraron corriendo hacia la casa

Tenía algo de polvo sobre las cosas, sobre todo pero aún así no dejaba de resultarles encantadora a ambos. Lia subió a toda bala a su habitación la cual seguía como la había dejado la última vez que había estado ahí, antes de volver a Ilvermorny. Quito la colcha de encima y la lanzó a un lado para tirarse en la cama encantada de estar de vuelta en su habitación, miró toda la habitación a detalle recordando su infancia, los toques de madera la pared Beish algunos detalles rojos, simplemente le encantaba estar ahí. Se levantó y fue a su escritorio donde vio una roquita pintada y recordó como Rolf y ella habían hecho aquello, tenía tantas cosas ahí que le recordaban a Ilvermorny como a todo antes de Grimmauld Place y Hogwarts, amaba ambas etapas pero extrañaba demasiado esto y no recordaba cuanto lo hacía hasta ahora.

Inefable - SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora