Hermanos y Esposos

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La chica bajo las escaleras con rapidez encontrándose a Regulus frente a un chico un poco más bajo que él apuntó de iniciar una pelea, aceleró su paso y tomó la mano del chico alejándolo del lugar con rapidez, saliendo de San Mungo sin ningún imprecado, afortunadamente para ambos.

Una vez de regreso en la tienda de campaña se sentó en su sofá a replantearse su existencia y lo que había salido de su boca hablando con el retrato de su madre, más de lo que habría querido decir, más de lo que siquiera llegaba a comprender pues de alguna manera no lo había dicho con palabras pero tampoco había negado a la cierta complicidad con la que se hablaban y eso ya era una respuesta.

-¿Estas bien? -le preguntó el chico viéndola con preocupación desde su sofá, pensando que había pasado algo malo
-¿Uhm?
-¿Pasó algo? -inquirió irguiendo su cuerpo denotando su preocupación
-No, no... no, no pasó nada, solo... pensaba en lo que había pasado... -respondió la chica refiriéndose al retrato cosa que hizo que el chico asintiera comprendiéndola, respirando tranquilo

Dejó a la chica tranquila dándole espacio para que pensara lo que debía, lo que hubiese pasado, si quería decírselo después la escucharía con atención y de no ser así no invadiría su privacidad. Invirtió su tiempo en pensar en lo que sucedería después, teniendo un horrocrux con ellos todo era muy difícil y como ya habían visitado San Mungo debían ponerse a pensar en que hacer, ir en búsqueda de otro horrocrux o hacer lo que le había dicho, ir al cementerio donde estaba la tumba de la madre de Lia, sería buena opción, se lo sugeriría despues para cuando ella estuviera totalmente bien, después de saber si es que el conocer el retrato de su madre había sido o no una buena o mala experiencia.

-¿Qué fue eso? -preguntó Lia levantándose con rapidez al igual que Regulus que no había dicho nada pero se había levantado al igual que ella
-¿Una...? -preguntó confundido mirando a Lia para confirmar si habían oído lo mismo, pues aquello parecía poco probable
-Crees... -susurro ella dando un paso
-Uhm... -dudó deteniendo a la chica- puede ser una trampa -agregó quedándose a un lado de ella a un paso delante
-Espero que no -dijo Lia quitándole la varita al chico, avanzando, esquivándolo para luego salir

Prefería comprobar que era una trampa a dejar a una niña llorando por ahí sin saber porqué lloraba, por eso salió de la tienda de campaña aunque no lo hizo sola pues el chico fue atrás de ella, respirando profundamente para calmar su fastidio ante ese acto, ciertamente estaban expuestos a la vista de todos en ese momento.

-No me digas... -dijo Lia sorprendida bajando su varita sin poder creer lo que veía- si era una niña -agregó mirando a Regulus haciéndole saber que no debía de parecer aburrido, fastidiado o cansado pues por lo menos no había sido una trampa
-¡Que bien! -exclamó con sarcasmo y la chica lo miro indignada entregándole su varita y yendo donde la pequeña

Estaban apoyados en un árbol, la pequeña sentada en el piso, con las manos llenas de tierra y la cara totalmente roja y llorosa y el pequeño de pie a su lado supervisando que nadie los atacara por lo que cuando volteó y vio a Lia avanzando hacia ellos se puso en posición de ataque siendo empujado por Regulus a quien Lia miro mal, pues su miedo y manera de sobreprotección se debía a que cuidaba a su hermanita

-¿Te perdiste otra vez? -preguntó acercándose a la pequeña, quería ayudar al otro pequeño pero por ahora no podía y no sabía lidiar con su furia

La pequeña levantó la mirada y vio a Lia de cuclillas ante ella, se levantó de inmediato y se lanzó hacia ella llorando más fuerte mientras su hermanito se levantaba poniéndose de escudo para la chica, la pequeña hacia Regulus, que ni siquiera lo miraba solo a la pequeña abrazada a Lia, sonrió levemente recordando que ella le había dicho que adoraba a los niños dulces, ciertamente también actuaba muy familiar con ellos y los pequeñitos dulces actuaban así con ella, con sus mangas limpio la carita de la niña y tomó su mano observando al otro pequeño, desde su debida distancia claro

Inefable - SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora