Batallas internas

1.5K 196 24
                                    

La noche ya se había hecho presente apenas hace unos pocos minutos, el tiempo corrió, ninguno freno la plática hasta que el silencio debido al sueño llegó, el silencio pacifico cuando sólo de ver el cielo y las estrellas llena el vacío de las palabras, el aire se había vuelto más acogedor que en la tarde, templado, razón por la que quedarse dormido se dio sin problema, el primero fue Regulus, ni siquiera lo había premeditado, la comodidad, por así decirlo siendo que estaban en el piso, era tanta que no sentía lo anterior dicho, cerro los ojos sin sí quiera darse cuenta que se dormía pues dentro suyo, en sus sueños aun veía el cielo, todo el panorama en realidad. Lia también estaba en el estado de sueño y no sueño cuando se percató que Regulus se había dormido, le dio toquesitos muy despacio con su índice, no se levantó por lo que ella se quedó aún tirada, se dijo a sí misma que en unos minutos cuando ella tuviera mucho sueño, que lo tenía solo no lo aceptaba, pues lo despertaría, no fue así, ella también se quedó dormida.

Un sueño, uno donde había dos Regulus un juego de conciencias o pensamientos, un Regulus pequeño, de unos once años, y el actual, el niño debatía muy indignado con el actual, como podría él estar llevándose bien con una "Gryffindor" "UNA GRYFFINDOR" lo decía con la ofensa y tono que le daría a un loco, un total demente, "Una niña tonta nada tonta, pero de Gryffindor, era inaceptable, imposible", "Gryffindor como Weasel" imagina el problema que llevaba ser Gryffindor siendo la casa de la comadreja, ese punto fue aceptado por los dos quienes lo criticaron con igual dureza. Pero ahora para agrandar el ya gran problema con la chica que no sólo era Gryffindor, que ya era un completo escándalo, agrégale que también era una defensora y amiga de los SANGRE SUCIAS, eso, eso era, demasiado impronunciable, casi la peor de las cosas y sólo se salvaba por no ser una sangre sucia (La peor y peor que la peor de las cosas, a excepción de Fred que era peor) el anterior punto "No ser una sangre sucia" fue recalcado por el Regulus actual, saliendo en defensa de la chica gryffindor, casi sin mucha conciencia como pasa en los sueños, hablando algo atontado, parecía más un Regulus encantado con el hechizo confundus hablando con el muy joven y propio, argumentativo, él mismo, pero de once años, que había dicho que aún así nada justificaría el que la chica fuese Gryffindor.
Ahora el pequeño de once años se frenó dejando su desenvoltura casi política para hablar de él a él, con sensatez, se tocó el corazón respirando con calma pues su pequeño pecho subía y bajaba debido a los gritos que ni siendo un sueño pudo evitar. "Tenerla a un lado ya sale de nuestros límites, sale mucho de nuestros límites, caminar con ella más aún, pero... ¡Pero!" Agregó el último pero para que quedara claro que ese punto era el que se debía escuchar con más atención "¡PERO! No es nuestra amiga, y no lo será, ¡Limites!" Hasta ahí llegaba el escándalo, no correría a más si dejaban eso en una... pasantía por los horrocrux, no sería un horror completo como llegar a ser su amigo. En más de una ocasión el pequeño había tratado de decir que el escándalo de una Gryffindor era semejante un poco menos al de los traidores a la sangre pero no le parecía así, sentía que ofendía mucho a la chica y no quería hacerlo, dentro suyo se sentía ya muy mal de decirle tonta y por eso había agregado el tonta no tonta, aún así actuaba con temple, fuerza y mano firme para que nada pasara a mayores como una amistad, o quererla más de lo debido, por eso último el pequeño se había metido el dedo en la boca fingiendo asco aunque el mayor y hasta el propio pequeño de once años, sonrieron disimuladamente con lo dicho.

La sonrisa salió del sueño, formándosela en la vida real, donde no había un pequeño Regulus de once años gritando con indignación y dramatismo. Esta vez era el actual y de mucha mayor edad, no recordaba su gran sueño con mucha claridad, pero esa lucha se había presentado por su propia lucha interna, representándose como él mismo de once años. Escándalos que ya había sentido y salido mucho a flote para sí mismo, precisamente el día de navidad, cuando fueron al cementerio, salió algo que no quiso, un sentimiento que se negaba a ver, siendo expuesto por sí mismo, aquella noche cuando vio su propia tumba la tumba que mortificaba tanto a su madre, cuando la había explosionado no le había importado sí mismo, no le había importado nada, ni siquiera le dolían sus propios golpes y heridas hasta percatarse de Lia, la culpa cayó en él como golpe de agua fria, el miedo de misma forma, ella tenía un rasguño, con gotas de sangre, por su culpa, le había hecho eso y no pudo sentirse más miserable viendo que ella no lo juzgaba por aquello en cambio estaba frente a él tratando de ayudarlo. No sólo eso lo hizo enojarse consigo mismo, se había preocupado por ella y ni siquiera lo había hecho por él. No era una mirada o un momento, era un sentimiento, probablemente sus luchas internas no empezaron ahí pero él se percató en ese momento de sus batallas, como ahora que el sueño sólo lo representaba de otra manera, una más clara.

Inefable - SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora