Prohibido pasar sin el permiso expreso de...

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Los cuatro nos dirigimos al salón principal y llegando ahí Hermione y yo nos sentamos, ella se veía algo desconfiada y asustada, miraba el techo y las paredes a detalle por si hubiese algo oculto, Ron no tardó mucho en sentarse frente nuestra algo preocupado y viéndolo a él pude recordar que la madriguera había sido la receptora de tal evento, Sirius se habia librado de eso no lo sabía pero lo sentía o eso quería creer, aún así no solo Sirius estaba en la boda, Remus, Tonks, Ginny, Fred y George y aún faltaban más. No sabía que había ocurrido con ninguno, ninguno de nosotros lo sabía.

-Harry... -susurre levantándome y dirigiéndome donde él. Había soltado un pequeño grito de dolor tocándose la cicatriz.
-¿Está en mi casa? -pregunto Ron mirando a Harry con angustia
-¿Visiones? -preguntó Hermione al escuchar a Ron
-No... solo sentí como estaba, furioso -respondió Harry a la primera pregunta
-¿Estas bien? -pregunte yo sujetando a Harry. Lo que fuera que había sentido tenía que ver con Voldemort, sí, pero Harry se veía perjudicado y no me importaba lo demás
-Otra vez lo de la cicatriz, ¡Harry! Creí que tenías eso controlado -grito Hermione mientras Harry asentía a mi pregunta como si no quisiera incomodarme con su respuesta
-Pasa esto cuando pierdo el control... -dijo Harry aunque la furia de Hermione no se detuvo
-Dumbledore quería que esa conexión dejara de existir, por eso estudiabas Oclumancia, ¡Debes cerrar la mente!
-¡Gracias por decirlo, no lo sabía! -respondió Harry pero Hermione al parecer quería continuar
-Ya, basta -intervine antes de que hablara- ya tiene mucho
-Miren -interrumpió Ron llamando nuestra atención, cuando lo vimos estaba apuntando a una comadreja plateada, un Patronus que traía mensajes.

El señor Weasley era quien lo enviaba y nos pedía que porfavor no enviáramos una respuesta, él decía que todos estaban a salvo así que eso nos daba mucha tranquilidad. Sin más me hundí en el sofá y al fin revisé la herida de mi pierna, estaba algo profunda seguramente a eso se debía el gran chorro de sangre, no había dolido hasta el momento en el que me curé, pero esto claramente se debía a la euforia del momento y que no me había importado en lo más mínimo el "rasguño" que tenia.
Ron trató de disculparse con Harry por no haberle importado su dolor pero Harry no lo había juzgado y yo tampoco, él estaba preocupado, toda su familia estaba en la boda y no se sabía nada de ellos, era entendible su manera de actuar. Más luego Harry se dirigió al lavabo mientras nosotros acomodábamos los sacos de dormir, Hermione había sugerido esto para no estar solos y siendo esta la primera noche me pareció lo más adecuado, yo tampoco quería estar sola después de todo lo ocurrido. Diría una mentira si digo que dormí plácidamente, el sofá aunque con él sacó no era muy cómodo, aunque nos habíamos acostado en la madrugada yo no tenía sueño, precisamente por eso me levanté al ver unos rayitos de luz y con mucho cuido de no despertar a nadie subí hasta mi habitación, abrí la puerta lentamente tratando de que no sonara ningún chirrido; mi cuarto se mantenía igual como lo dejé, o por lo menos a simple vista yo no notaba ningún cambio.

-Black... -susurre viendo las paredes, sin saber si continuar con lo pensaba. Claramente ahora quería correr y ir a ver el cuadro de Phineas pero antes de eso siempre (después de teorizar sobre el relicario) cada noche me había puesto a pensar en lo que haría cuando llegara aquí, teniendo ahora el relicario y la carta.

En el cumpleaños de Harry me había dispuesto a devolverle el relicario pero la llegada del Ministro lo había impedido y no sólo eso, había olvidado que lo tenía conmigo, estaba en mi abrigo y mi abrigo lo había guardado en mi bolso, algo asustada saqué mi abrigo del bolso y paniqueada busqué el relicario en los bolsillos y afortunadamente no se había caído de ahí. Lo tome con fuerza, mucha fuerza, deje mi bolso en mi cuarto y empecé a subir las escaleras, pasó a paso como si fuese a enfrentarme con un moustruo subí temerosa, subí un piso este me recordaba a la estadía de los Weasley, no diría que me calmo porque aún seguía algo atemorizada de encontrarme con la verdad, una verdad que podría ser magnífica pero que también podría ser muy triste. Veía cada vez más a cada escalón que subía las puertas del último piso, inhale fuertemente y con la mano en la que no llevaba el relicario sujete la baranda fuertemente, apoyándome en esta para llegar al final.

Inefable - SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora