Cementerio

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Los dos dias maximos se habían cumplido debido a Lia y su tranquila manera de conducir, aunque ya había mejorado un gran porcentaje y ya no iba a velocidad tortuga si no a una normal. De igual manera no habían llegado a mala hora, la mañana era fría y solitaria pero les quedaba el día completo. Decidieron dejar el auto estacionado a las afueras y en cuanto ingresaron al pueblito se percataron de que podrían caminar a gusto pues no había mucha gente en las calles.

-¿Crees que ocurrió algo malo? -preguntó Lia en susurros observando el desolado lugar
-No... -respondió Regulus apenas concentrado en aquello

Había mucho en lo que pensaba, su manera de caminar se había relenterizado, sus ánimos habían cambiado a un comportamiento decaído y abatido, las palabras eran un tanto vanas pues aunque nunca dejaba sin respuesta a Lia solía darle respuestas cortas, estaba tan adentrado en sí mismo y sus pensamientos y sentimientos que no podía estar muy presente. Lia lo había notado y justo por eso había reducido su conversación a cosas en extremo importantes, lo menos que quería era agobiarlo, actuar con paciencia y calma no era algo loco para ella, solía ser tranquila sin esfuerzo y gracias a eso Regulus había obtenido un poco de paz. No porque hubiese un silencio sepulcral si no por el hecho de que el hablar no lo perturbara.

Las calles, las casas, los árboles ya estaban repletos de nieve como siempre, eso hacia que el desolado panorama se volviera más frío, pero no solitario ninguno requería un gentío para sentirse acompañado, estaban bien él uno al otro.

Caminaron con tranquilidad por unos minutos, se empezaba a ver el atardecer más oscuro, en el largo recorrido que hicieron no habían visto a ninguna persona pero el lugar no parecía inseguro, todo estaba en calma y sí había gente sólo que estaban en sus casas y no fuera de ellas.

-¿Estas listo? -preguntó Lia, se encontraban afuera de una reja que conducía a un cementerio solitario, lleno de neblina casi como en las historias de terror.
-Uhm -Regulus respiró profundamente sin estar muy decidido- Sí... supongo

Lia apretó los labios viendo su inseguridad, decidió sólo suspirar y ponerse delante de él, quito la nieve del abrigo de Regulus, le dio una mirada de aprobación o de confianza, estaba bien iba a estarlo, no tenia de que preocuparse.

-Bien -dijo girándose para abrir la puerta, la dejó abierta para que Regulus entrara

Le llevo unos segundos seguir a Lia pero lo hizo, caminaron nuevamente con tranquilidad, fueron al lugar donde se notaba, por la fachada, que ahí estaban enterrados los Black. Lia se quedó a unos metros atrás mientras Regulus llegaba donde sus padres, observo el piso tratando de no invadir el momento frotando sus manos arropadas por sus guantes.
Era importante para Regulus, Lia conocía la versión de Sirius, una madre horrible y un padre igual ambos no le importaban como para visitarlos pero entendía que no era lo mismo con Regulus, él tenía otra relación una más cercana una más fuerte. No sabía si eran los padres perfectos pero claro que no lo eran, no habían tales pero de que amaban a su hijo y su hijo a ellos, eso era verdad pese que con su padre no había sido de esa manera.

Cuando Lia levantó la vista para observar el lugar se percató como Regulus caía lentamente de rodillas ante la tumba de sus dos padres, por reflejo o por instinto corrió donde él arrodillándose a su lado percatándose de unas lágrimas en su rostro. Tomo sus brazos pero no le salían palabras, ninguna le parecía la indicada o correcta, cualquier palabra quedaría corta no había nada que lo reconfortara, ella no se reconfortaría con palabras y dudaba que alguien lo hiciera en situaciones cómo está.

-Ellos... -dijo entrecortadamente, tragando con fuerza pues se le formaba un nudo en la garganta

Lia lo miro fijamente, casi diciéndole con la mirada que estaba bien, que no necesitaba hablar o decir algo, entendía su duelo y con un pequeño suspiro lo acercó a ella abrazándolo con cuidado pero con fuerza, cuidado en su manera de acercarlo pero fuerza para reconfortarlo. Regulus para su propia sorpresa no la apartó, se quedó unos segundos procesando el abrazo de la muchacha y en cuanto sintió su calidez se aferró a ella abrazándola con fuerza.
Tiempo después cuando todo se relajó un poco Lia se puso de pie mostrándole la mano a Regulus para que lo ayudara a levantarse, fue así, este algo indeciso tomo su mano y se levantó sin quitar la mano de Lia. Sentía la calidez de su mano aún a través del guante, para ese momento se sintió muy bien, estar solo con ella, le habría fastidiado tener más gente cerca.

Inefable - SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora