Príncipe osito

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-Ahora... ¿Quieres que te haga un pintacarita? -le pregunto Lia burlona haciendo que esté riera- ¿Osito o Principito? -preguntó agarrando sus pinturas como si fuese a pintarlo de verdad
-Ambos me gustan -declaró este haciendo que la sonrisa de la chica bajara a una leve, pero presente, con algo de timidez y nerviosismo

Dejó las pinturas que tenía sobre el regazo de Regulus para poder buscar el chocolate que esté le había dado, lo había colocado en su bolso por lo que tuvo que sacar unas cositas más para encontrarlo sin ningún objeto enredado en él. Abrió el empaque y le ofreció una barrita a Regulus que la agarró y la probó aunque la chica quedó mucho más encantada que él, y claro pues ella era fanática y el chocolate que le había regalado era un manjar claro que era un regalo muy delicioso, tenía chocolate y crema de avellanas con una capa crujiente y más chocolate.

-¿Quieres un cuarto? -le preguntó el chico y Lia lo miro confundida aun sosteniendo el chocolate dándole otra mordida por lo que sólo pudo formular un
-¿Uhm?
-Para ti y tus chocolates -agregó sonriendo pues la chica casi se atraganta de la risa, tuvo que acercarse a ella y ver si estaba bien pues seguía tosiendo aún entre risas- ¿Estas bien? -preguntó tratando de no reír
-Es el mejor chiste que han hecho respecto a mis dulces -confesó ella apenas recuperando el habla, poniéndose de pie para tomar agua

Fue y se sirvió un poco de agua, sin poder olvidar el chiste que hacía que riera cada vez que lo recordaba haciendo que Regulus sonriera notando sus risas. Cuando dejó el vaso ya vacío en la encimera volvió donde Regulus, tomó su libro de bocetos y se mantuvo de pie mientras esté la miraba aún sentado en el sofá.

-Adiós príncipe osito -dijo haciendo una mezcla entre ambos apodos, el chico miro a un lado reprimiendo una sonrisa
-Adiós princesita -dijo mostrándole el anillo de esmeralda que antes había sido de ella, haciendo referencia a que si él era aún príncipe le correspondía ser una princesa, la chica apretó los labios sonriendo girando a su vez para irse, aunque esté se levantó quedándose quieto en su lugar- ¿No somos esposos? -preguntó haciendo que Lia volteara a verlo confundida- ¿Los esposos no duermen juntos? -agregó sonriendo por lo que la chica también sonrió acercándose a él para empujarlo con suavidad- Es broma -dijo aunque ambos sonreían sabiendo que lo era, por lo que Lia sólo asintió haciéndoselo saber
-Lo sé -dijo despidiéndose moviendo la palma de su mano aún sonriendo

Fue hacía la habitación de Sirius aunque no se quedó ahí, salió y se dirigió hacia su habitación, no porque dormiría ahí, ahí estaban los pequeños, ella dormiría en la habitación de Sirius pero iba a revisar que los pequeños estuviesen bien. Cuando entro se dirigió hacia su mesa de trabajo donde dejó su libro de bocetos, desde ahí observó a los pequeños, el pequeño agarrando el jersey de su hermana, inconsciente, simplemente cuidándola entre sueños, la pequeña en cambio estaba con los ojos cerrados pero la dirección de su rostro en el techo, abriéndolos de un momento al otro pensando que Lia ya se había ido, aunque no fue así, la chica se percató de aquello y se acercó, arrodillándose en el piso para acercarse a la pequeña.

-¿Que pasó...? -le preguntó en un susurro al notar su carita de preocupación
-No puedo... no puedo dormir -respondió la pequeña igual que Lia en voz muy baja- dormí y ya no porque vi un monstruo en mis sueños -confesó aun asustada por lo que Lia se le acercó más y tomó su manito para que no sintiera miedo
-Una pesadilla -dijo recordando sus pesadillas, también solía tenerlas aunque siempre se repetían y no entendía porqué hasta cuando vio aquellos recuerdos sobre su madre, entendía porque veía al monstruo que veía- tranquila, no puede hacerte daño -trato de reconfortarla un poco
-Aquí... me da miedo -susurro la pequeña viendo la habitación, de no ser porque Lia no hubiese entrado no habría ni un poco de iluminación pues en el salón principal se mantenía iluminado por la luz de una vela mágica que apenas llegaba a su habitación
-No tienes que temer, puedes arañar en los ojos a quien quiera hacerte daño -sugirió sonriéndo hacia la pequeña que le devolvió la sonrisa con complicidad- él te cuidará y tú lo cuidarás a él -le dijo señalando con la cabeza a su pequeño hermano
-¿Como tú y el principito? -preguntó la pequeña y Lia sonrió asintiendo
-Exacto
-Mi mamá dice que si amas mucho a alguien te casas ¿Tú amas mucho el principito, verdad? -preguntó y la chica se quedó quieta sin saber que decir
-¿La verdad? -preguntó confundida y la pequeña asintió llena de inocencia y esperanza en las palabras "Amor y esposos"- Ah... -se acercó al oído de pequeña y respondió- sí
-Yo sabía que no eran malos -susurro la pequeña acercándose a la chica diciéndoselo en su oído imitándola

Inefable - SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora