Brújula mágica

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Trago en seco cuando vio lo que era, se le humedecieron los ojos un poco cuando quito el objeto de su cajita. Respiro profundamente quitando toda tristeza de su ser, tomando fuerza para mantener su compostura. Un objeto similar a una brújula solo que este no tenía las letras N, E, W, S o ningún número, sólo las agujas que se movían un poquito. Lia entendió lo que era y por eso había reaccionado como lo había hecho, aunque ahora se encontraba mejor, o mas bien no se encontraba mal pues no estaba mejor solo por reprimir sus sentimientos y en cambio tragárselos evitándolos.

-Cissy -murmuró observando el objeto sintiendo un fuerte dolor en el pecho

Movía el objeto entre sus manos algo fustrada, quito su mirada de este cuando se percató de una presencia a unos metros frente suya, subió su vista observando a Regulus que aún tenía sus heridas sin curar. Apretó su brújula mágica con fuerza mirando con algo de enfado a Regulus.

-Ah... -dijo relamiendo sus labios sin saber muy bien que decir
-La tienda de campaña esta ahí -interrumpió Lia a cualquier cosa que él iba a decir- sí es... - trato de decirle sí es que se quedaba pero simplemente se detuvo- esta ahí -finalizó dejándolo así, sí iba o no lo dejaba a tema de él
-Yo... -dijo avanzando un poco- fui a... vi las flores -agregó pero Lia volvió su atención al capo del auto tomando su envoltura de regalo y guardándola en su abrigo

Regulus miro lo que tenía en el capo pero decidió cambiar su mirada al cielo y la luna tratando de encontrar algunas palabras que le dijeran a Lia que no planeaba dejarla como tal, había vuelto al cementerio pero ya no la había encontrado.

-Cuando volví no estabas así que...
-No pensé que irías de nuevo ahí, tenías suficiente con eso ¿No? -preguntó Lia mirándolo de reojo pues esperaba su respuesta la cual Regulus no tenía pues Lia lo había dejado callado con su respuesta, ella apretó los labios y elevó las cejas volviendo a su atención a sus objetos

Regulus respiro profundamente, esta vez observando a Lia y sus objetos, se acercó un poco más al auto, no dijo nada no sabía que decir y había dicho algo y Lia no lo había dejado muy bien parado, observo como Lia dejaba en el capo el objeto que había tenido en su mano, todo para colocarse sus guantes, mientras lo hacía ambos notaron como su brújula mágica caía de la capota, la tomó de inmediato con un gran reflejo, Lia no lo había alcanzado pues la entorpeció el estar colocándose sus guantes, debido a su intento por atraparlo uno de sus guantes cayó al piso.

-¿Es... -susurro Regulus viendo la brújula mágica, aún la sostenía pues Lia estaba agarrando su guante, por eso tampoco se percató de cómo la aguja que Regulus veía apuntaba hacia su dirección
-Sí -dijo Lia antes de que él completara lo que iba a decir- una brújula mágica -agregó agarrando la brújula que Regulus le entregaba- es para gente que no se ubica, o orienta muy bien, o claro para encontrar lo que buscas

Todo lo dijo con intención de que Regulus entendiera que Lia no era muy buena ubicándose y volver al auto no había sido una tarea fácil, aunque realmente esta vez no se le había complicado mucho pero eso no lo tenía que saber Regulus que creyó que Lia sí la había pasado muy mal

-Ah... no...
-En fin, que importa -Lia lo interrumpió tomando su cajita musical- tú cura tus heridas -dijo con el mismo tono que él había usado con ella

Sin más camino hasta la tienda de campaña, dejando a Regulus como él la había dejado. Lia era muy rencorosa y lo sabía muy bien, Sirius no paraba de decirle que lo era y claro que lo haría los rencores de Lia complicaban la vida de su padre, siempre lo había hecho sentirse mal después de cualquier cosa que la había ofendido como para guardarle rencor.
Ni bien ingreso a la tienda de campaña se encerró en su cuarto, la mariposa la acompañó cosa que Lia tomó como un acto positivo, cerró su habitación y dejó sus cosas en la mesa ya sin recordar la pena que había sentido antes de abrir su regalo, ahora sonriendo triunfante por lo que había dicho, había pagado con la misma moneda y estaba orgullosa de eso. Se quedó profundamente dormida sin esfuerzo, al día siguiente se levantó algo temprano, aún así no fue la primera en despertarse, Regulus ya estaba sentado en el comedor cuando ella salió, para sorpresa de nadie él ya había preparado el desayuno, cosa que ya era cotidiano.

Inefable - SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora