Inefable - Serendipia

Asfixia y pelea

Apenas habían pasado dos días desde que vieron al Thestral pero todo había cambiado, respecto a Regulus siendo más precisos, aquel día se percató de que aunque quisiera evitar hacer algo para la chica no podía y eso era algo que no le gustaba en lo absoluto, lo había atormentado todo la noche, haciendo que después de ese momento cambiara su actitud, no radicalmente, no pretendía odiar a Lia pero si apartarse un poco para poder controlar lo que tenía en la mente, sus ideas, pensamientos y sentimientos llegando a estar distante y frío con la chica que no dijo nada, solo permanecía confundida sin saber que ocurría.

-Oh... -susurró Lia viendo en la encimera de la cocina cáscaras de guisantes sobre está- podía haberte ayudado -dijo apretando los labios nerviosa si entender a que se debía aquello, aunque trataba de no ser tan dramática, podía sólo deberse a que quería ser rápido y ella no lo era mucho
-No te preocupes, ya termine -dijo haciendo que ella se despreocupara pues no tenía un tono frío o seco sólo uno normal...

Se situaron en el comedor, poniendo la mesa y comiendo con normalidad, sin palabras en medio sólo un almuerzo y ya. Continuando cada quien con lo suyo, con extraña normalidad, algo... normal pero se sentía extraño.

-Solo un hijo... -murmuraba algo extrañado mientras reposaba unas hojas de un libro sobre artefactos malditos
-Uhm -asintió Lia mientras sacaba una tiza pastel de color salmón- como te dije su hijo iba en mi curso pero él era Slytherin así que no compartíamos todas las clases -explicaba desde su sofá- ¿Ya viste su pelo rubio platinado? Pa..., parecido al de su padre eso decía tu hermano pero yo creo que se parece más a su madre, es Cissy versión hombre
-Más Black que Malfoy -murmuró Regulus moviendo la cabeza satisfecho con aquello- que bueno que los genes de Narcissa se sobrepusieron
-Sí, opino lo mismo
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Ujum -asintió dejando su tiza de pastel con lentitud al notar el cambio en el tono del chico, subiendo su vista hacia él y chocando con sus mirada pues él también había subido su vista para verla
-¿Narcissa tiene una hija? -pregunta y la chica frunció el ceño muy confundida, extrañada con aquella pregunta
-¿Qué? No
-¿No...?
-No, por lo que se... -agregó algo dudosa, uno nunca podía decir que no quien sabe lo que depara el mañana- ¿Por qué? -preguntó con curiosidad
-Cuando estábamos en su casa y arrastrábamos a su hijo por los pasillos, vi un cuarto -respondió y la chica siguió con su mirada confusa casi preguntándole que tenía de raro eso, seguro tenían miles de cuartos extras- el de una niña, bueno un cuarto con unas cosas para una chica
-Ah... -la chica entreabrió la boca más confundida, tenía una idea en mente pero después de todo lo que había pasado dudaba que fuera así, a la vida no podía pintarla así por lo que sólo tenía que recaer en la segunda opción, una idea en la que Cissy al fin tuviese lo que Lia jamás pudo llegar a ser para ella- no... -murmuró algo decaida poniendo su vista a la tiza pastel y su dibujo tratando de controlar sus sentimientos- quizás... -frenó al sentir que sus ojos se humedecían- puede que Draco ya no sea su único hijo -completo con rapidez finalizando el tema
-¿Un bebé en la guerra? Eso es muy estupido
-Son tu familia y ahora que lo dices... esto sí es un hecho, Tonks tendrá uno
-¿La hija de Andromeda? -pregunto totalmente sorprendido, es que acaso su prima ya tendría el título de abuela dentro de que, unos meses para él- ¿Cuántos años tiene o qué? -dijo algo escandalizado, si, aún no procesaba muy bien el hecho del tiempo extra, no hasta que veía a las personas como con Sarah o los mortifagos
-Uhm... unos... no sé pero tiene entre veinticuatro y veinticinco, te dije qué pasó el tiempo y ella y Lupin
-¿Lupin? ¿REMUS Lupin? -preguntó y Lia asintió- ¡¿La hija de Andromeda con Remus Lupin?! ¿Cuantos años tiene Lupin? ¿Cincuenta? -preguntó y Lia miró a otro lado sin comentarios para aquello
-Dudo que tenga cincuenta... tiene... unos trece años menos, treinta y siete, pero bueno...

Después de aquella charla permaneció en silencio toda la noche hasta llegar a su cuarto a dormir, en silencio cubriéndose con sus mantas y descansando como podía. El día siguiente paso, no muy diferente a los anteriores, después de la caminata diaria al anochecer Lia volvió a sacar sus tizas de pastel, esta vez se encontraba en el comedor realizando un dibujo con tonos más fríos y obscuros, uno de un Thestral, el que había visto con sus propios ojos.