El testamento de Dumbledore

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La charla de Lia y Hagrid había sido interrumpida por el patronus del señor Weasley quien les dio un mensaje, un aviso para todos los que no podían estar ahí como Sirius o Lupin. El Ministro estaba llegando a la madriguera y no podía ver a ninguno ahí. Esto hizo que Lupin y Tonks se fueran inmediatamente, despidiéndose de todos y desapareciendo al salir de la zona.

-Es mejor que te quedes, por si hay peligro -comentó Sirius temiendo que hubiese algún problema afuera de la madriguera- mañana llegaré yo, no te preocupes -añadió al ver que Lia estaba por oponerse a la idea de quedarse

Sin más platica Sirius se convirtió en un enorme perro negro y se fue tan inmediatamente como llegó el Ministro Rufus Scrimgeour, quien felicitó a Harry para luego decir que tenía algo importante de que hablar, pero no solo con él si no también con Ron, Hermione y Lia. Ninguna persona más podía escuchar o estar presente ante lo que esté debía de decir, debido a esto los cinco tuvieron que entrar a la madriguera la cual se encontraba vacía, se situaron y acomodaron en el salón.

-Como seguramente ya saben, vengo aquí a hablar sobre el testamento de Dumbledore -dijo captando la completa atención de los cuatro chicos quienes estaban muy sorprendidos.

El tiempo que habían tardado en entregar los objetos era algo que había indignado a los cuatro chicos. Ya había pasado un mes desde que Dumbledore había muerto y el Ministro apenas llegaba y solo debido a que no había encontrado algo peligroso en aquellos objetos. Una pelea de reclamos empezó, encabezados por Harry y Hermione quienes reclamaban lo sucedido aunque el ministro sólo pretendía no oírlos.

-Lia Black, ¿Puedo deducir que es aquí donde vives? ¿Con los Weasley? -preguntó el Ministro viendo a Lia para luego pasar su vista a la casa
-Uhm... no... solo vengo por el cumpleaños de Harry, vivo en... otro lugar
-¿Otro lugar? -inquirió este como si estuviese indagando sobre un caso
-Sí, otro lugar -respondió Lia con firmeza haciendo que el ministro dejara el tema atrás

Como era de esperarse empezó a leer el testamento iniciando por Ron a quien le habían dejado un desiluminador. Leyó nuevamente el testamento esta vez la siguiente era Lia quien permaneció muy atenta escuchando al igual que los demás, lo que el Ministro decía "A Lia Eloise Black le lego un recuerdo y mi ayuda, debido a que estos objetos le pertenecen más a ella que a mí, lamento no hacer más que haberte ayudado a recuperar tu llave." Con esas últimas palabras el Ministro metió la mano en un bolso y sacó un frasco del tamaño del desiluminador el cual contenía un líquido plateado muy brillante y a continuación hizo una leve pausa para aclarar que el siguiente objeto no era de la pertenencia de Dumbledore más aún así no podían quitárselo a Lia debido a que como Dumbledore había dicho en el testamento esta llave le pertenecía. Con nerviosísimo Lia tomó ambas cosas, viendo con mucha curiosidad la llave y el frasco con un recuerdo, no sabía que había dentro ni siquiera sabía que era la llave y sabía muy bien que el Ministro no se lo diría porque si esa llave le pertenecía, ella debía de saber el porqué, aunque realmente ella no lo sabía.

-... a ella le legó los Cuentos de Beedle el bardo... -dijo el ministro continuando la lectura- ¿Por qué crees que te dejo eso? -preguntó el Ministro al igual que con Ron, a lo que Hermione respondió a que se seguramente se debía a su pasión por los libros
-¿Por qué no le ha preguntado a Lia el porqué de sus objetos? -preguntó Harry sabiendo muy bien que el Ministro ya había inspeccionado todos sus objetos y había encontrado algo que hacía que no le preguntara a Lia lo mismo que a los otros
-Tenga... -continuó el ministro haciendo caso omiso a lo que había dicho Harry. Le entrego el libro a Hermione quien tenía los ojos llorosos y miraba el libro con mucha melancolía recordando lo que todos ahora, la muerte de Dumbledore.
-Los cuentos de Beedle, que estupendo mi madre me las leía todas las noches... -dijo Ron recordando con una sonrisa, notando la mirada de confusión de Harry y Hermione, aunque lo reanimó la mirada de Lia quien también sonreía recordando igual que él las noches de lectura de aquel cuento- Babbitty Rabbitty y su cepa carcajeante -exclamó Ron quitando por completo el ambiente decaído
-El corazón peludo del brujo -exclamó Lia emocionada al igual que Ron -La fuente de la buena fortuna es mi favorito
-¡Oh! El mago y el cazo saltarín -añadió Ron
-¡La fábula de los tres hermanos! -dijeron ambos con una sonrisa radiante recordando su infancia con unas risas

Solo Ron y Lia podían recordar aquel libro debido a que Harry y Hermione durante su infancia solo habían leído cuentos Muggles. Sin más dieron paso al Ministro quien reveló los objetos de Harry, la snitch que había atrapado en su primer partido. Se sabe que las Snitch's tienen memoria táctil por lo cual el que Harry la tocará nuevamente podría abrir el sortilegio y encontrar lo que Dumbledore le pudiese haber dejado escondido o eso había supuesto el Ministro. Aquello aunque avivó las esperanzas de todos no resultó en nada, Harry había tomado la snitch con miedo de que el Ministro notara lo que había escondido pero absolutamente nada ocurrió cuando este la tocó decepcionando a todos ahí. Esto dio paso a que el ministro continuará la lectura del testamento agregando un objeto más para Harry, la espada Godric Gryffindor la cual no la traía debido a que este artefacto le pertenecía a Hogwarts y no a Dumbledore. El ministro solo había llegado a causar confusiones y descontentos en todos, Ron parecía ser el único que no tenía dudas sobre su objeto, un desiluminador y ya era lo que decía, Hermione y Lia por otro parte estaban completamente confundidas sin saber que debía de significar lo que tenían, unos cuentos con runas extrañas y un recuerdo junto a una llave, precisamente en esos momentos no tenían un pensadero para poder ver el recuerdo pero si el Ministro no había visto algo raro en el recuerdo que podían ver ellos que fuese diferente. En caso de Harry él estaba algo decepcionado con aquella snitch, no entendía el porqué Dumbledore teniendo la oportunidad de dejarle algo más valioso para la busquedad de los horrocrux le habían déjalo a él y todos sus amigos cosas que ni mismos ellos entendían. El ministro era el más descontento al notar que ninguno de ellos sabía exactamente lo que tenía en mano. Llegando todo a una breve pelea verbal que se dio entre él y Harry, el Ministro trataba de aclarar que ellos debían de confesar lo que sabían porque este estaba de lado de ellos pero Harry jamás iba a hacer algo así sabiendo muy bien como actuaba el Ministerio y el Ministro. Todo termino cuando los Weasley se metieron al escuchar algunos gritos haciendo que al fin el Ministro se fuera y todos pudieran observar la herencia que les habían dado.

-¿Una llave? -preguntó el señor Weasley a Lia quien se encongio de hombros sin saber qué cosa abría- puede ser de una bóveda o una cámara en Gringotts -le comento observando la llave
-El Ministro dijo que me pertenecía... Dumbledore me ayudó a obtenerla o eso decía él... -susurro Lia comentándole lo que había dicho el Ministro- la llave de los Black la tiene mi padre...
-Después de la boda podemos pedirle a Bill que la investigue -sugirió Arthur y Lia asintió con una suave sonrisa muy agradecida con este
-¡Oh! Es una pena que no tengamos un pensadero, Arthur, Arthur crees poder conseguir uno después de la boda -dijo la señora Weasley, también como el Ministro esperando encontrar algo que hiciera que pudiera unirse o saber lo que Harry, Hermione, Lia y Ron iban a hacer

Después de la inspección de todos los objetos al fin se celebró el cumpleaños de Harry. Era claro que después de esto en la madrugada, Harry, Ron, Hermione y Lia se reunirían en el cuarto de Ron y hablarían un buen rato sobre la herencia que tenían y que ninguno entendía nada de lo que les habían dejado. O eso pensaba Harry por un rato. No entendía lo que ocurría pero luego se percató de cómo había conseguido la snitch y este no la había agarrado con las manos si no con la boca. Sin más le contó esto a sus amigos y dirigió la snitch a su boca, en esta se empezó a dibujar unas letras que decían "me abro al cierre". Dumbledore había ocultado algo en aquella snitch lo que decía que los otros objetos también podrían tener algún significado, aunque ninguno sabía a lo que se refería las palabras en la snitch por lo menos habían avivado sus ánimos.

Inefable - SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora