Desayuno

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Desde la ventana de mi cuarto se podía ver un bosque cercano uno que conducía al camino y carreta por la cual habíamos llegado, supongo que como Andromeda la mujer llamada Sarah también tomaba sus precauciones, creo que el lugar había sido elegido a referencia del trabajo de su novio pues de no ser así es más lógico elegir un lugar lejano a este pero teniendo en cuenta eso... bueno eso era lo que yo creía, en base a lo dicho porque yo no conocía a ninguno, ese era Regulus y venir aquí sin que fuera a regañadientes ya era muestra de su confianza o aprecio a Sarah.
Yo no sabría como describirla o qué decir de ella y dudo que Regulus me dijera algo que sirviese lo único relevante que decir para él era lo que ya había dicho y claro todo eso sí se lo preguntaba y yo no lo haría, una cosa era la curiosidad y otra ser entrometida, o por lo menos eso sentía de solo pensar en querer saber más, no me incumbía, bueno eso sentía, pero... bueno a Regulus no le importaba tanto así que puede... quizás... me diría todo lo que sabe de Sarah y así yo podría estar tranquila, respecto a la confianza y las traiciones en todo esto, nada más. En todo caso ya había respondido preguntas anteriores sin importancia alguna, bueno eso no importaba no iba a entrometerme, pero tampoco rechazaba la idea de conocer más cosas del pasado, eso era verdaderamente intrigante, pero difícil. Puede que Regulus no se negara a contarme cosas, bueno yo también lo hacía era un cambio de información, aún así seguro que Sarah sabía muchas cosas, en general todos los de su generación, pero muchos de ellos estaban muertos y uno había sido un profesor con extrañas clases que también tuvo un mal final, en fin, sólo tenía que descansar sin pensar en nada pues mi lado ansioso no me permitía hacer preguntas, claro y conociendo mi carácter.

Cerré los ojos tratando de dormir pero no pude por lo que me senté y vi la cama a detalle, volviendo de donde salí, mi mente, esta vez mis piernas estaban moviéndose con más ansiedad que antes.

Mañana tendríamos que desayunar con ellos y bueno..., bueno, Sarah... ella ya había preguntado por mi familia y por los pelos me había librado, y si mañana su curiosidad salía hacia mí nuevamente podrían pasar cosas... no sé... la verdad prefería no pensarlo, no quería no decir nada y parecer sospechosa o algo así y decir la verdad en caso preguntara algo sobre mi familia sería... imposible, no ahora.

Me giré asustada mirando a la puerta nerviosa, había estado mordiendo mi labio interior cuando sonaron unos suaves tocadas en la puerta haciendo que me lastimara el labio por el susto. Estaba por fingir que ya estaba dormida cuando me percaté de unos soniditos muy leves hechos por simple aburrimiento, los qué haces con tu lengua jugando con el paladar, pero esos tonos los podía identificar, extraño, pero es como cuando conoces la manera de tocar de cada persona, y si pude confirmar con eso quien era, y no era ningún esposo o novio de nadie el cual claro podía ser un maniático extraño, el que tocaba no lo era, no un depravado se acercaba mas a un... mortifago... bueno, en fin.

-Hola... -salude quedándome junto a la puerta, aún seguía un poco preocupada por mis antiguos pensamientos aparte me ardía el labio de la mordida que me había dado
-Hola -dijo mirándome fríamente al parecer estudiando mis expresiones o quizás comprendiéndolas, pues cambio el semblante al agregar- vine... vine a ver si... -se frenaba en lo que trataba de decir al parecer cambiando sus palabras- supuse que no te sentirías muy cómoda con personas que no conoces -terminó y levante las cejas sorprendida de que supusiera lo que exactamente ocurría

Apenas sonreí para que no dijera nada, respiro profundamente antes de rascarse la nuca con algo de nerviosismo, si... seguro se arrepentía de decir lo que dijo y quizás era... ah, no le había dicho nada.

-Ah... si, ah... bueno... no los conozco pero tú estas al lado... eso da..., en general, mucha seguridad -confesé y este me miró algo confundido soltando sólo un bufido que ocultaba una risita
-Bueno... -susurró moviéndose un poco aunque no rompía el contacto visual y por eso sólo movía su cuerpo con ademán a irse claro sin moverse del lugar debido a lo ya mencionado
-Hasta mañana -dije reprimiendo el dolor de labio que me había costado al decir eso, moví las manos sin subirlas sólo llegando a mi cintura entonces este giró con firmeza y camino a su cuarto, esperé un poco a que avanzara para poder cerrar la puerta cerrando mis labios con fuerza reprimiendo un llantito de dolor por mi herida

Inefable - SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora