Protegido

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- ¡Papá! ¡Papá! ¡Ayúdame por favor!- Grito con desespero moviendo sus extremidades con fuerza, mientras luchaba por ser liberado

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- ¡Papá! ¡Papá! ¡Ayúdame por favor!-
Grito con desespero moviendo sus extremidades con fuerza, mientras luchaba por ser liberado.

- Lo lamento -
El hombre lo miro desde su lugar, sin ninguna pizca de tristeza aún sobre la escena de su hijo ser llevado a prisión.

Zain Javadd Malik de 18 años de edad.
Hijo de un gran hombre del gobierno, el cual siempre daba mala fama a la familia Malik, con su negocio de venta de drogas y otros analgésicos ilegales. Fue pillado en la esquina de la avenida principal de Doncaster, vendiendo a menores de edad.

Su familia no logro hacer nada...

Compradores y testigos dieron sus testimonios en contra de el joven Malik, que a pocos días de ser arrestado, fue declarado culpable, pagando 5 años por delito menor, venta de drogas y consumidor.

Ahora caminaba a pasos lentos, no se permitía llorar debido a que demostraría debilidad antes sus nuevos oponentes; reos.

- ¡Camina princesa!-

Sintió el empujón sobre su brazo, la impunidad de no poder girar y golpear a ese hombre lo hacía temblar sus manos.
No tenía miedo, sabía que su padre pagaría la fianza y podría salir de ahí, aún así, tiene que soportar hasta que lo liberen.

Hizo todo lo indicado por los oficiales, cambiando su ropa costosa de diseñador, por un overol de tela áspera.

Se había mantenido a el margen, sin demostrar ninguna emoción, ya a estado en prisión, tal vez no en una real... Y no por tanto tiempo como para cambiar su ropa a ese feo uniforme, sin embargo sabe que las camas son incómodas y que hace un frío de mierda.
Camino en silencio sintiendose aburrido, hasta que entró, la gran puerta de metal barrio el piso en un sonido agudo, llamando la atención de Miles de reos en esa prisión.

- oh mierda...-

De inmediato miles de abucheos se escucharon, siendo desagradablemente obscenos, el ruido de sus cuerpos chocar las rejas con bruzquedad como si de animales se tratase. Se sentía tan expuesto, tan humillado de cierta manera, permaneció quieto unos segundos antes de ser empujado por un oficial tras suyo.

- ¡Bienvenido a el infierno!-

Exclamó el oficial frente a el. El miedo y pánico corrió por sus venas acumulándose en su miembro cardíaco, creando de este un fuerte marcapasos sin cuerda.

Ignoro los comentarios que lo hacían cerrar sus piernas involuntariamente, creyó que aquellos hombres uniformados iban a dejarlo ahí, entre tantos cerdos, pero no fue así. La prisión es de tres pisos, tres niveles, tres tipos de reos diferentes.

3. Las personas realmente peligrosas, aquellos homicidas con un historial totalmente limpio, solo con un delito, el delito más grave e inhumano que existe.

2. Los reos que cometieron asesinato, mafiosos caídos y violadores.

1. Están los comunes, los cerdos que entraron por delitos menores, robos, drogas y tráfico de estás.
Justo donde debería estar. Pero no era así, no tiene ni la menor idea de por qué está subiendo a el nivel 3, dónde se encuentran personas realmente peligrosas, el solo vendió un par de polvos y hierva, no era para que lo encerraran en una maldita celda sin salida.

Al poner un pie justo en ese piso, su cuerpo recibió un escalofrío. Nada de sonido, todo era silencioso, un par de murmuros nada más, lo primero que noto es que ahí, no había rejas, ahí son puertas de metal pesado, con pequeñas ventanas para alimentar. Fue guiado a dónde sería su celda, no entendía nada, no sabe que hace ahí, pero era mejor que estar abajo con esos cerdos obscenos querido follar su culo sin piedad.

- ¿Que hago aquí?-

Pregunto obteniendo solo miradas por parte de los oficiales.

- No preguntes-

Bien, no lo haría de todos modos, soltó un largo suspiro antes de mirar como un oficial tocaba tres veces la puerta de metal, está tardó en abrir así que los hombres solo desataron las manos del reo.

- Ey chico-

Susurro un oficial, llevo su vista a este, no podía leer su rostro, se encontraba totalmente sereno.

- Vendré en un par de horas, si necesitas ir a el medico...-

- Munsun cállate, no hables con este cerdo-

Paso grueso a el escuchar el apodo que el hombre le había otorgado, no era un cerdo, era solo un niño que creyó que vender drogas no era tan ilegal.

- Solo hago mi trabajo-

- llevarlo a el médico después de que Payne se lo folle ¿Es tu trabajo?-

Su saliva se atasco en su garganta, soporto la picazón en esta, para así no toser. Payne era el nombre de su verdugo, que al escuchar las palabras de los oficiales, entendió que sería el hombre que abusaría de el, involuntariamente cerro las piernas.

- ¡Es un niño Henderson!-

- un niño que no escucho a su padre-

Entonces todo quedó en silencio, eso era cierto. El padre de Zain ya estaba arto de siempre ir y pagar fianza por su hijo, el cual siempre lo pillaban vendiendo droga y manchando el apellido Malik.

Debió escuchar a su padre...

La puerta frente a ellos fue abierta, revelando a un chico de cabello teñido, totalmente flacucho, acomodaba su uniforme en un intento de verse bien, guiño el ojo a dirección de los oficiales, miro de pies a cabeza a el pequeño reo, antes de marcharse moviendo sus caderas de forma totalmente exagerada.

- vamos, entra-

Giro mirando a los oficiales, pidiendo que por favor no lo abandonen.

- entra princesa -

Recibió un empujón con bruzquedad, resignado a ser violado de la peor manera posible, entro.

PROTEGIDO ( Ziam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora