PROTEGIDO ( Ziam)

Despertar

El último hombre que debe matar, camino a dirección de las regaderas, forcejeando un poco al intentar quitar un tubo oxidado de la tubería.
Al lograrlo, solo camino a dirección de ese idiota, camino campante, observando a el cedo retroceder.

— En verdad son idiotas, ¿Quien se mete con mi protegido? —

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, el hombre cayo a el suelo, quedado a rodillas frente a Liam.

— Esa princesita, toda bonita, con boquita rojita y ojos llorosos.... La usaste, la usaste tanto, que tardará en recuperarse—

Tomo la barbilla del hombre, abriendo está, alineó el tuvo con cuidado.

— Destrozaste su bella garganta, ya estaba en recuperación, hice todo para que estuviera bien. Lo deje dormir en mi cama, le di sus píldoras, incluso le lleve su comida a la cama.... Pero alguien hecho a perder su recuperación...—

Comenzó adentrar el tubo, el cual es grande, en un forcejeo lo adentro de golpe, rasgando toda la garganta de forma instantánea, con hemorragias internas y dolor, tanto dolor que Liam saboreo. 

— Me saludas a el Diablo—

Entonces adentro el tubo de metal de forma realmente brusca, había destruido su garganta y ahora su estomago, la sangre no tardó en salir, manchando por completo aún más su rostro de aquella sustancia rojiza.
Observo esos ojos explotar de sangre, mientras los oídos y la boca hacían lo mismo.

Se colocó de pie, estando totalmente cubierto de sangre, observo a su alrededor, había matado a cada uno de ellos de maneras horribles, como abrir su cabeza en dos, arrancar su pene, clavar regaderas en su culo o cuello, los hizo pagar de manera dolorosa.

Bajo la regadera, limpio la sangre de su cuerpo, miro de lejos el cuerpo inconsciente de Zain, pobre niño, cayo en el infierno. Camino a el, tomándolo en brazos, solo para limpiarlo bajo la regadera de agua caliente.

Después solo salió de aquel lugar con zain en brazos, cubriendo con sus extremidades ese cuerpo caneloso, camino tranquilo, sin demostrar ninguna gesto, escuchando gritos asustado por parte de los oficiales que entraron a la escena del crimen.

Llevo a Zain a la enfermería.

•••

Desperto por un fuerte dolor en su garganta, al abrir sus ojos solo observo el techo en mal estado de prisión.

El dolor en su boca le recordó todo lo sucedido, su estómago dio un revoltijo desagradable, al compás de sus ojos comenzar arder por las lágrimas y su corazón comenzar a deshacer, todo esto no hubiera ocurrido sin tan solo, escuchará a su padre, aún que en decir verdad, el nunca vendió drogas.... Cómo tal, solo acompañaba a su amigo Ed. Todo había sido un mal entendido, por lo drogado que se encontraba su padre nunca lo tomo en serio cuando negaba vender drogas...

Solo tenía malos amigos....

Y ahora había vivido unas de las peores experiencias de su vida.

— Princesa...—

Fue entonces que miro a el hombre a los pies de la cama, con su semblante serio y labios apretados; Liam. El cual se supone que debía protegerlo.

— Debes tomar... Un par de pildoras—

— Te las tomarás todas por qué me costaron un puto ojo de la cara—

Zain no logro contener el impulso, se lanzó a los brazos de ese reo, soltando un gran llanto.

— ehh... ¿Que haces?—

Pregunto Liam sintiendo ese cuerpo cálido sobre su pecho. Sabe que es un abrazo ¿Pero por qué lo abraza?.

— Oye... Hules a culo, alejate de mi—

Gruño intentando alejar el cuerpo, sin embargo el niño se negó, llorando más fuerte al no sentir el abrazo correspondido.

— ¿Que es lo que te pasa? Se que te follaron la boca pero no me abraces, es estúpido y asqueroso —

Zain se alejo, manteniendo su llanto, necesita hablar, necesita decirle que su vida se fue a la mierda, que ahora solo piensa en lo sucedido, en ese trauma que había sido creado por una mala experiencia y que Liam no hizo nada.

— ¡Ahg! ¿Puedo hacer algo para dejes de llorar?—

Zain asintio abriendo sus brazos, Liam solo rodó los ojos.

— ¡Puff! Que ridículo —

Abrió sus brazos, recibiendo el pequeño cuerpo, el cual se aferró a él, llorando aún más fuerte.
Liam pensó seriamente en como se corresponde un abrazo, no lo recuerda, tiene tiempo de no abrazar a alguien, así que solo envolvio sus brazos, cubriendo casi por completo el dorso de Zain, la diferencia de tamaño es realmente cómico.

— Deja de llorar.... Princesa —

Está vez no grito, solo Murmuro sobre los cabellos de ese moreno. El llanto silencio, solo pequeños sollozos seguían sin parar.
Liam se sentía extraño, no está acostumbrado a los abrazos y menos a los cálidos y pequeños como los de zain.

— Mate a cada hombre que te hizo daño—

Zain solo suspiro entrecortado sobre ese pecho musculoso, no debería sentirse bien, pero le alegro escuchar aquello, asesino a todos esos malos hombres que metieron su pene en la boca, habían obtenido su merecido gracias a Liam, después de todo, tener un amigo reo no es tan mierda como dicen.

Liam intento alejarse, pero Zain aún lo sujetaba, entonces solo lo subió a su regazo, obteniendo un gruñido de desacuerdo.

— Louis me dió esto—

Bajo su mano a el suelo, tomando una caja de plástico, no es tan grande, pero el contenido es lo que importa.

—Quiero pensar que no te dejaste tocar el culo para conseguir pinturitas—

Zain negó, manteniendo la vista fija en aquella caja que ahora descansa sobre sus piernas.

— Más te vale, no quiero tener que matar a más hombres que se atrevan a tocarte—

Fue entonces que el ánimo regreso a el sistema de Zain, no dudo en abrir la caja, encontrando aerosoles de diferentes colores, son pequeños y de una marca barata, nada que ver con los que su madre le compraba. Pero son perfectos, y desde ahora es su mayor tesoro, los cuidaría como su vida, por qué consegir algo estando dentro de prisión cuesta una extremidad incluso un órgano, pero a él, le costó un delicioso pastel de vainilla.

— No sonrías que se me calienta el pene—

Liam había roto su momento de paz y felicidad. Solo lo miro un par de segundos, antes de acercarse y plantar un pequeño beso en la mejilla del reo.

Tal vez estar dentro de esa prisión lo está volviendo loco, por qué se siente cómodo estando con Liam. Ahora que conoció a los verdaderos verdugos, a los reos llenos de maldad, Liam no es más que un asesino agradable, por qué no le hace daño y aún que siempre está enojado, no se desquita con el. No lo culpa por lo que le pasó, supone que el reo no tenía idea de ese estúpido complot, Liam nunca hubiera permitido tal delito por qué....

Es su protector...

Y lo agradece infinitamente...