¡Oh Dios mío! ¡Los t€rricolas €stán locos!

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Capítulo 99: Fiesta de regreso

El libro de antecedentes penales menciona a cientos de superhumanos que violan la ley con sus poderes sobrenaturales, pero al final, todos fueron subyugados por la Torre Sobrenatural.

“Muchas personas obtienen un sentido de supremacía después de convertirse en superhumanos. Piensan que como pueden hacer bolas de fuego, están obligados a conseguirlo todo. Se niegan a someterse a las leyes sociales vigentes. En cambio, eligen el camino de los criminales. Al final, todas esas personas son subyugadas por la Torre Sobrenatural”, dijo Luo Hai con un suspiro.

“Honestamente, estas personas son realmente estúpidas. Los superhumanos tienen una ventaja en la fuerza física y la sabiduría, y de todos modos podemos alcanzar un gran poder con las reglas del juego existentes, entonces, ¿por qué necesitamos entregar todo lo que existe y destruirlo?

“Piensan que dado que tienen habilidades supremas, pueden destruir todo y los beneficios mutuos compartidos entre las personas normales y los superhumanos. Gente así ya no es apta para ser humanos. Son solo un monstruo con piel humana e incluso más peligrosos que un monstruo normal. ¡Hay que erradicarlos a toda costa!”.

Meng Chao estuvo de acuerdo con eso.

También entendió la esencia general detrás de por qué la Torre Sobrenatural pidió a nuevos superhumanos que vinieran aquí para registrarse.

Era para hacer que los engreídos nuevos superhumanos entendieran las reglas. No debían pensar que podían ignorar la ley solo porque podían lanzar bolas de fuego y liberar electricidad.

El mundo era enorme y había muchas cosas que podían subyugarlos.

Tal como esperaba Meng Chao, cuando llegaron al siguiente salón de clases electrónico, otro empleado lanzó algunos videos de conferencias para inculcarles la lógica detrás de conocer la ley, obedecer la ley, proteger la ley y vivir en armonía con la gente normal.

Algunos superhumanos que habían cumplido sus sentencias y fueron liberados usaron su experiencia personal para hablar sobre las consecuencias de usar sus habilidades sobrenaturales para cometer crímenes.

Otros dos representantes del Ejército del Dragón Rojo motivados a ser valientes y matar a sus enemigos para poder proteger su civilización.

Los dos jóvenes pasaron dos horas viendo los videos y finalmente ingresaron oficialmente al imponente salón.

La energía espiritual era espesa allí, y se sentía como si hubiera ondas en el aire, haciéndolos sentir como si estuvieran en un palacio de cristal subterráneo.

Meng Chao respiró hondo y sus 36.000 poros se abrieron. Volutas de energía espiritual colorida surgieron en ellos y fluyeron lentamente a través de sus meridianos espirituales, vasos sanguíneos, sistema nervioso y órganos.

Delante de los jóvenes había una estatua cristalina de más de diez metros de altura.

En él estaba tallada la imagen de un hombre alto y corpulento con una mirada aguda. En sus manos, sostenía el cuello de un monstruo de tipo felino. Bajo sus pies estaba la cabeza de un monstruo tipo serpiente.

Aunque la pitón monstruosa estaba usando la mayor parte de su cuerpo para atar los muslos del hombre, no pudo detenerlo. Prácticamente hizo implosionar su cuerpo, y sus cerebros se convirtieron en papilla.

La estatua había sido tallada por un maestro. El cristal resistente parecía haber cobrado vida, y podían sentir claramente el dolor y el terror de los monstruos.

La ira del hombre y su inmensa fuerza también parecían llegar a sus rostros como una tormenta.

Era el Dios de la Batalla Lei Zongchao. ¡Incluso si había pasado medio siglo, seguía siendo el superhumano más fuerte en términos de fuerza de combate en Dragon City!