Ganado de Primera/-Ray x Male Reader (Omegaverse Soft)-

73. Reflejos en el desierto

Desearía haber podido dormir, o por lo menos quedar inconsciente en ese momento.
Estaba tan cómodo apoyado contra el señor Yuugo, y estaba tan cansado y mareado por las heridas que habría sido tan fácil... Y aún así, no pude.

Veía los rostros de mis hermanos. Afligidos, preocupados... Asustados.
Incluso si intentaba cerrar los ojos, escuchaba susurros temblorosos. Sollozos.

Así que no podía descansar, no podía simplemente desconectarme de este maldito momento por más que lo quisiera. No se me iba a permitir escapar del dolor y del cansancio tan fácilmente, así que en su lugar busqué otra forma distraerme.
Y me puse a pensar, hasta el punto de que casi me dolió aún más la cabeza.

Las rutas de escape que había memorizado, nuestros números y estado en general en comparación al de nuestros enemigos, la hora, hasta cómo recordaba que debía ser el maldito clima hoy... Cualquier cosa, junté todos los datos que pude en mi mente hasta que casi sentí que me iba a desmayar del esfuerzo o algo, pero después de darle vueltas y más vueltas, llegué a una simple conclusión tan obvia y simple... Pero increíblemente complicada al mismo tiempo.

- ... Señor Yuugo

- Ah, pensé que te habías dormido bichito. ¿Te está doliendo mucho?

Ignoré totalmente su pregunta mientras me alejaba un poco, dejando de apoyarme en el cálido refugio que era su pecho para sentarme por mi cuenta, en el espacio frío de la cueva.
Miré fijamente el suelo rocoso, pero finalmente me obligué a mirar a los ojos del señor.
No quiero decir algo así a él... Me hace sentir raro, pero quiero que me tome en serio con lo que le voy a decir.

Hasta ahora, siempre hemos estado en el plano más lejano y oculto posible.
Moviéndonos bajo los árboles, en la noche. Con disfraces, silenciosos y discretos.
Siempre evitando la mayor parte de los conflictos, pero para este en específico... No podremos hacer eso tan fácilmente.

Si queremos salvar a nuestra familia...

- Tenemos que matarlos. A todos ellos

Simplemente solté las palabras, suplicando que no hubiera un solo temblor en mi voz que me delatara.
El señor Yuugo me mantuvo la mirada con una aparente seriedad, pero aún así noté algo en sus ojos.
Cierta inquietud que no pudo disimular de lo auténtica que fue.

Miré brevemente a mi alrededor para asegurarme de que ninguno de mis hermanos, en especial los más pequeños, me hubieran escuchado decir eso.
Estamos en desventaja, lo veamos cómo lo veamos. En armamento, físicamente... Y nos están robando rápidamente la ventaja estratégica que teníamos por conocer el terreno.

No hay manera de hacer esto con tranquilidad, simplemente escapando de ellos y dejándolos atrás.
El recuerdo de hace un momento, de cuando iba a subir para abrir la trampilla con uno de mis hermanos, se coló en mi mente con una rudeza tan dolorosa que no pude más y cerré los ojos, apartando la mirada del señor Yuugo un momento.

Ellos... No nos dejarán ir tan fácilmente.
Nos perseguirán, hasta matarnos a todos.
Lo único que nos queda, es matarlos primero.

- Bichito...

- Usted... Usted mismo me dijo que en algún momento tendría que disparar contra personas para proteger a mi familia, ¿A-aún lo recuerda?

Me forcé a mirar de nuevo al señor Yuugo, aunque esta vez no pude disimular tan bien el temblor de mi voz.

Fue hace un tiempo, cuando me llevó a cazar por la noche para ayudarme con mi puntería y manejo de armas.
Esa misma noche me dijo que no tendría matar a otros humanos aún, porque era un niño. Y un niño no debería cometer asesinato.
Siguiendo con esa idea... Entonces esta noche renunciaré a lo que me quedaba de infancia.