21 | Hope

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Una Megan de 12 años corría por un bosque frondoso, de color verde lleno de vida. A la castaña siempre le gustó la naturaleza, desde bien pequeña se escapaba para ir al jardín a jugar con la hierba, cosa que a sus padres adoptivos no les gustaba en absoluto.

Sonrío más cuando sus pies descalzos tocaron una parte de la hierba que estaba mojada. Megan alzó la cabeza hacia el sol y dejó que la paz de la naturaleza la envolviera por completo.

Una parte de ella siempre pensó que estaba conectada de algún modo a la naturaleza, pero siempre que se lo decía a alguien se reía, menos su mejor amigo Dean.

Dean siempre fue la excepción.

Y por eso Megan se enamoró de él a los 15 años.

La Meg de 12 ahora era la de 16, esta bailaba distraídamente en la fiesta en la que estaba, sin saber que era el centro de atención. Una mano la agarró fuertemente y tiró de ella hacia una parte retirada de la fiesta, que era en un bosque oscuro.

El chico rubio, Dean, le comenzó a gritar con furia, cosa que hizo a Megan retroceder con miedo. Al fin y al cabo estaban solos a oscuras, y a pesar de que fuera su novio por más de un año no sabía que podía llegar a pasar.

Dean se acercó amenazadoramente hacia la castaña, lo que causó que ella le empujara con fuerza, lo que solo hizo que este volviera a acercarse con más furia que antes.

Megan le empujo otra vez, el chico se tambaleo y tropezó con una rama. La loba lo vio en cámara lenta, su novio cayó al suelo y su cabeza en una enorme piedra. Solo fue cuestión de segundos que la sangre comenzara a salir y que a Megan le brillaran los ojos de color amarillo y le salieron los colmillos.

Esa noche murió su novio y mejor amigo.

Esa noche mató a su novio y mejor amigo, activando la maldición.

. . .

Megan gritaba, al igual que Hayley, pero por razones diferentes. Hayley se negaba a dar a luz, ya que las brujas querían sacrificar a la niña, Megan por otra parte era el juguete de Monique Deveraux, quien había hecho un hechizo que hacía que le doliera la cabeza y le sangraran los ojos tanto la nariz.

Cuando Klaus entró en la iglesia hizo que Megan, quien ya estaba rodeada y cubierta de su propia sangre, tuviera esperanzas de sobrevivir a aquello. Megan sabía lo que hacían las brujas con ella, querían matarla lenta y dolorosamente, por eso la estaban desangrando.

Cuando Klaus mató a uno de los suyos las brujas se alejaron de Hayley para atacar al híbrido, Megan aprovecho para darle una parada a Monique haciendo que esta cayera al suelo. La loba intentó volver a atacarla pero la bruja la estampo contra un banco mientras el dolor de cabeza aumentaba cada vez más.

La castaña miró como pudo a Klaus, que estaba siendo sostenido por magia contra una pared, después reunió todas sus fuerzas y se arrastró hacia la tarima donde estaba su hermana, pero no pudo llegar más lejos porque no le quedaban fuerzas.

Tras gritos de Hayley, Megan y Klaus, y largos minutos un llanto fuerte inundó la iglesia. Megan juro no haber escuchado un sonido tan bonito en la vida. El dolor, el mareo y el cansancio desaparecieron, para Megan solo había la imagen de su hermana sosteniendo en sus brazos a su sobrina.

Megan le sonrió a Hayley como pudo, sintiendo las lágrimas acumulándose en sus ojos, luego miró a Klaus, que miraba con adoración a su hija. Ese fue en el momento en el que Megan se dio cuenta que Klaus Mikaelson haría lo que fuera por su hija.

Estaba tan perdida mirando a su hermosa sobrina que no vio como Monique caminaba por detrás de su hermana con un cuchillo o como Cassie -o Cassidy, Megan aun no sabia como se llamaba- levantaba un brazo en su dirección.

CURSED BLOOD | KLAUS MIKAELSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora