38 | failed plan

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Jackson, Megan, Mattia y Hayley caminaban charlando alegremente mientras miraban las casetas que habían puesto en la calle. Un par de días habían pasado y nada había sucedido, por lo que habían decidido salir como lo haría un humano normal. Megan chillo y tiró de su marido para ir a una caseta de ropa de bebe.

— Mira que gorrito tan bonito. —le enseño un gorro lila.

— Seguro que Hope le quedará estupendo.

El pelinegro no lo dijo con mala intención, pero era evidente que ese gorro de lana no le valía a Hope, dado que era demasiado pequeño, porque era para un recién nacido.

— ¿Qué? Yo estaba diciendo para... —se detuvo mientras su ceño se fruncía y la incomodidad se apropiaba de ella.

Tras esa bruta interrupción a sí misma, Mattia entendió lo que había querido decir Megan.

— Ya entiendo, era para n...

— No. Deja el tema. —murmuró dejando el gorrito con un poco de rabia.

— Meg, mírame, por favor. —pidió. Ella obedeció a regañadientes.— Cómpralo.

— No, da igual. —quiso irse pero el pelinegro la detuvo.— Mattia. Deja el tema, no estoy de humor.

El híbrido suspiro, sabía el porqué del cambio de humor drástico de Megan.

— Ha sido un malentendido, Meg. —comenzó.— Quiero comprar ese gorrito, y espero que lo podamos utilizar pronto. —aseguró.— Solo que no sabía si tu pensabas lo mismo, sobre todo por la situación en la que estamos. —entrelazo sus manos.— Lo siento.

Meg bajo la cabeza.

— La que lo siente soy yo. —se disculpó.— No debí reaccionar así. Con esto de Dahlia tengo las emociones a flor de piel.

Megan lo abrazó para después ponerse de puntillas y darle un pequeño beso. Tras comprarlo volvieron de la mano hacia donde estaban Hayley y Jack. Meg sonrió maliciosamente antes de coger a Hope de carrito, Hayley le dio una mirada llena de reproche.

— ¿Qué? Me estaba haciendo ojitos. —beso la mejilla de Hope.

Los cuatro caminaron hacia una chica que estaba tocando el violín. Hayley le dio una moneda al acabar sin embargo la chica solo miraba a Hope, y no era la típica melada que le dabas a los bebés. Megan la acercó más a su cuerpo instintivamente para protegerla.

Los híbridos se alejaron unos metros, una melodía familiar comenzó sonar.

— Esa canción, ¿cual es? —pregunto Haly.

Nadie le supo responder. Las mellizas estaban inquietas, pero intentaban no ser tan paranoicas. Sin embargo, al retomar el paseo, a cada paso Megan sentía que la gente los observaba, sabía con certeza que Hayley también lo sentía.

Un señor con flores se interpuso en su camino.

— ¿Flores? Un regalo para la niña. —acercó la flor a Hope.

La mano de Jackson apartó la flor de la bebé.

— No, no hace falta. Gracias.

— ¿Está seguro? Las dalias negras están en flor. Son muy bonitas.

Megan quiso pasar para alejarse pero la detuvo del brazo. La castaña hizo contacto visual con señor, dándose cuenta de la anormalidad de sus ojos, que estaban completamente ojos blancos. El señor fue alejado brutalmente de Megan.

— Muéstrate bruja. —Klaus lo tenía agarrado del cuello.

Megan ni siquiera había notado la llegada de Klaus, pero la agradecía. No había nadie mejor para proteger a Hope que él y Hayley.

CURSED BLOOD | KLAUS MIKAELSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora