31 | wolfs and vampires

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Megan no se sorprendió al despertar sola. Sabía donde estaba Klaus. 

El rubio y Rebekah habían vuelto a Nueva Orleans. Y aunque eso no la tranquilizaba ni lo más mínimo se alegraba de que esta vez Klaus huyera con una buena excusa, no como pasó en su primer beso.

La híbrida levantó la cabeza para encontrarse a Hayley entrando en el comedor con Hope en sus brazos.

— Por tu mala cara te preguntaría si has pasado mala noche, pero se que no ha sido así. —Megan abrió la boca, perpleja.— Esto de ser un híbrido va en conjunto con tener oído sobrenatural, ¿sabes?.

La menor se tapó la cara, avergonzada.

— Tranquila, yo también me acosté con él. —recordó mirando a Hope.— Espero que tú no te embaraces.

Megan cada vez estaba más roja. Se levantó y cambió hacia la salida.

— Voy a tirarme por las escaleras, adiós. —anunció Meg saliendo del comedor.

. . .

La Marshall menor se encontraba haciendo galletas junto a Elijah, quien se había visto obligado a unirse después de que Megan le amenazara. La castaña sonrió traviesamente antes de meter la mano en la harina y tirarle "accidentalmente" al vampiro.

— Uy, que torpe soy. —se lamentó la hibrida con falso pesar.

Sin pensárselo Elijah hizo lo mismo, pero con más cantidad de harina.

— Uy, que torpe soy. —repitió las palabras de la chica.

Ambos se sonrieron antes de empezar una batalla de harina. En un abrir y cerrar de ojos, la cocina estaba vuelta un desastre, sin hablar de ellos dos, quienes parecían haber salido de una fábrica de harina.

— Yo no pienso ayudar a limpiar esto. —habló Hayley desde el marco de la puerta.

Los dos se giraron hacia ella, sorprendiéndose que junto a la hibrida estuvieran Klaus y Camille.

— Hola Cami. —saludo la castaña.

— Bienvenida Camille. —hablo Elijah para después mirarse a él y a Meg.— Creo que nosotros deberíamos irnos a limpiarnos.

— Creo lo mismo, chef. —concordó.— Hasta luego familia.

Entre risas y empujones Megan y Elijah salieron de la cocina bajo la atenta mirada de un Mikaelson y una Marshall, que sin saberlo, se morían de celos.

. . .

— Ahora que madre está bajo control quiero que la ciudad sea segura para Hope. Por tanto habrá que abordar el persistente problema de Finn. —explicó Klaus mientras que se sentaba en un sillón.

— Cuando se entere de lo de vuestra madre, montara en cólera. —hablo Camille.

— Por eso tenemos que mantenerte lejos de él.

Megan hizo una mueca que hizo reír a Hope.

— Hayley y yo nos iremos y nos ocuparemos de mi obstinado hermano. Elijah y Megan se quedarán aquí contigo.

— Espera, ¿qué? —dijo Meg uniéndose a la conversación.

— ¿Qué inconveniente ves? —pregunto con fastidio Klaus.

Se habían acostado la noche anterior y ya volvían  a tratarse como siempre. Megan se mordió el labio con fuerza, evitando soltar todo lo que pasaba por su mente.

CURSED BLOOD | KLAUS MIKAELSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora