— La buena noticia es que Dahlia sigue sin saber que estamos aquí. —informó Hayley cuando finalizó de hablar por teléfono con Klaus.— Y la mala es que mañana por la noche vendrá a por Hope.— Entonces propongo que nos larguemos de aquí. —hablo Jackson.
— Oye, quiero irme tanto como tu. Pero piensa, Freya dijo que a Dahlia le atraía la magia de Hope. Por muy lejos que nos vayamos podrá encontrarnos.
Megan se levantó de la silla bruscamente, dejando su cena a medias. Se llevó una mano al estómago, sentía leves náuseas, con rapidez camino al baño más cercano y se arrodilló a echar lo que recién había comido.
Con la respiración agitada apoyó la espalda en la pared, que le proporcionó un leve escalofrío de lo fría que estaba.
«Es la tensión del momento.» Se obligó a pensar Megan. ¿Qué más podía ser? ¿Gastroenteritis? Vamos, era una hibrida, esas cosas ya no podían pasarle.
— ¿Meg, estás bien? —la voz de Hayley la sacó de su ensoñación.
Megan la miró, Hayley lucía preocupada por ella. Por lo que ignorando sus pensamientos le sonrió. Hayley le tendió la mano para ayudarla a levantarse, y tras enjuagarse la boca, la mayor pasó su brazo por los hombros de su hermana mientras salían del baño.
Las hermanas se paralizaron al ver crecer con rapidez unas plantas en la pared del local. No eran unas plantas cualquiera, eran Dalias negras. Hayley se acercó a la cuna donde estaba Hope y la cogió antes de volver al lado de Megan.
— Dahlia sabe que estamos aquí. —susurró Megan con pánico mirando a Hope.
Hayley le pasó a Hope a su hermana y fue a coger su móvil para llamar. No había señal. Hayley también probó con el teléfono fijo que había en el lugar. Nada.
— Ve a buscar ayuda. ¡Ahora! —le ordenó Megan a uno de sus lobos.
Una leve melodía que ya habían escuchado antes se coló por las puertas del Algiers. Hope comenzó a moverse inquieta en los brazos de Megan.
— Tranquila, pequeña. —le susurró.— Mami y la tía Meg nunca dejarían que te pasara nada.
Unos pasos se escucharon a través de la puerta, segundos más tarde la figura de Dahlia apareció a través de ella. Dahlia jadeó cuando vio a Hope, llevándose una mano al pecho.
— Qué preciosidad. —halagó a la bebé.— Hola, mi niña.
Megan pegó a Hope más a ella. Dahlia dio un paso, entrar en el Algiers se dio cuenta del hechizo que había en todo el lugar.
— Esperaba una charla más íntima, pero he notado al entrar que me tienes en una considerable desventaja. —dijo Dahlia.
— ¿Por qué no entras? Me gustaría mostrarte un poco de hospitalidad híbrida. —hablo Hayley.
— Tan solo quería ver a la pequeña que me fue prometida. —explicó.— Ya falta poco. Seguro que os habréis dado cuenta de que el hechizo que os protege se está debilitando.
— Si le pones un dedo encima te juro que te hare sufrir de maneras que ni tu retorcida y psicopata mente pueda imaginar. —la amenazó Meg.
Dahlia río.
— Hayley y Megan, ¿verdad? —pregunto para cerciorarse.— Mi disputa no es con vosotras. Esther hizo un trato hace mucho tiempo. Es una pena que os haya arrastrado a esto.
— Hablas como si no tuvieras opción. Pero esto es cosa tuya. —rechistó la mayor de las Marshall.
— Cuando doy mi palabra, la cumplo. Y espero que los demás hagan lo mismo. Esther y yo hicimos un trato hace mucho tiempo. —Dahlia explicó con simpleza.— Así que, como ves esa niña me pertenece a mi. Lo único que tienes que preguntarte es: ¿Me la vas a negar, aun a riesgo de perder la vida?
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CURSED BLOOD | KLAUS MIKAELSON
Fanfic𝐂𝐁| ❛we are the Mikaelson family, the family with cursed blood❜ La vida de Megan Marshall siempre fue complicada pero todo se jodio mas cuando su hermana, Hayley, se quedó embarazada del gran hibrido, Klaus Mikaelson. Megan sabía con certeza que e...