76 | 7 years later

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Hayden James recorría los pasillos con rapidez y con su hermano menor, Henrik Marshall, siguiéndola de cerca. Su madre siempre le decía que tenía la paciencia de su tío Elijah, al cual apenas recordaba, pero Hayden estaba segura de una cosa, cuando se trataba de Hope, su paciencia se ponía a prueba.

En cuanto su hermano la interceptó en la biblioteca diciéndole que le tenía que contar algo, supo que nada iba a salir bien. Y acertó.

Los hermanos se detuvieron frente al despacho de Alaric Saltzman, el director, y esperaron pacientemente a que saliera la trihibrida.

— ¿Acaso has perdido la cabeza? —dijo Hayden nada más verla.

Por muy unida que las primas fueron en el pasado, desde la separación de su familia, su relación se había enfriado.

— ¿Se lo has contado? Genial. —Hope hablo a Henrik.— Nunca volveré a confiar en ti. —declaro.

Drea, yo no...

Solo basto una mirada para que el pequeño de la familia se callara. La mayor de los Marshall se fue sin dedicarles más tiempo.

— Chicos, id a hacer las maletas. Os vais a casa. —anunció el director saliendo del despacho.

— ¿Qué? ¿Por qué? —exclamó la chica.— No es por ofender, señor Salzman, pero nosotros no somos responsables de lo que hace Hope.

— Soy consciente de ello, señorita James, pero está claro que tenéis un conflicto familiar que resolver en Nueva Orleans.

La castaña bufo antes de encaminarse a su habitación y llevarse a su hermano consigo.

. . .

— Aquí tenéis. —dijo Poppy, la camarera, dejando las copas en la mesa.— Si esto no os prepara el hígado para el Mardi Gras, nada lo hará.

— Mi hígado ya estaba muerto antes de ser vampiro, pero gracias, Poppy. —dijo Josh.

Megan rió ante la ocurrencia de Josh.

Estaban Freya, Josh, Vincent y las dos Marshall en el Rousseau para hablar sobre el Mardi Gras.

— Bueno, pues debemos hablar de los preparativos del Mardi Gras. —murmuró Vincent.

Josh bufo.

— Vamos, Vincent. —lo abucheo.— No ha habido ningún problema en... ¿estos siete años?

— Eso es porque no damos por hecho que va a salir bien. Te recuerdo que los momentos de prosperidad van seguidos por momentos de gran dolor a menos que estemos alerta.

— Gracias, aguafiestas. —habló Freya.

Megan levantó las cejas al ver a Josh usar el móvil bajo la mesa, y sonrió levemente al ver con quien hablaba.

— A ver... Freya, ¿que haréis para el Mardi Gras? —preguntó Vincent.

— Los brujos prepararan la carroza en la Ciudad de los Muertos. —respondió la bruja.

— ¿Lea?

— Los lobos en el pantano —respondió Meg.

Había gente que se hacía tatuajes, piercings o se cortaba el pelo para cerrar ciclos, pero Megan había sido más drástica; se había cambiado de nombre.

Y también se había teñido de rubia, pero eso no era tan destacable como lo otro.

Desde hacía aproximadamente seis años se había dado a conocer como Lea Labonair, su nombre de nacimiento, aunque la gente cercana la seguía llamando Megan, y no le molestaba.

CURSED BLOOD | KLAUS MIKAELSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora