CURSED BLOOD | KLAUS MIKAELSON

v. discoveries

La castaña observó como el híbrido se miraba en el espejo, sin embargo, parecía estar metido en sus pensamientos y no mirando su reflejo.

— ¿Klaus? —lo llamó con suavidad.

Tras la pesadilla de anoche le había costado tranquilizar a Dina, y esta mañana se había enterado por Hope que ella también había soñado lo mismo.

— ¿Klaus? —insistió.

El rubio oscuro pareció salir de su ensoñación.

— Estamos todos listos para irnos. —informo ella acercándose.— ¿Estás bien?

— Perfectamente. —respondió evitando su mirada.

— Niklaus. —se quejó sabiendo que no era verdad.

— Confía en mí. —pidió comenzando a andar. Meg lo siguió.— Tenéis que ir al pantano sin mí.

— ¿Por qué?

— Llevaos a los niños. Yo iré luego.

— ¿Qué demonios dices? —pregunto desconcertada.

— Mis hijos casi mueren. Debo acabar con esa amenaza.

— ¿Solo? Ni de broma. Voy contigo. —decidió.

— No. —negó de inmediato deteniendo su paso.— Freya me ayudara. —suspiro.— Necesito saber que los niños están a salvo. Necesito que Hayley, Elijah y tú os encarguéis de eso, ¿de acuerdo?

La híbrida suspiro asintiendo.

. . .

Elijah, Hayley y Meg caminaban junto a los niños por el césped cerca del pantano. Henrik corría de un lado a otro, Hayden y Hope iban de la mano cogiendo flores de colores mientras que Megan trataba de no escuchar la conversación que Hayley y Elijah estaban teniendo.

La castaña se giró para ver por donde iban su hermana y su cuñado, pero tuvo la terrible suerte de darse la vuelta justo cuando se daban un apasionado beso, lo que hizo que pusiera una mueca, y que Henrik a un par de metros riera.

La híbrida aceleró el paso, alcanzando a los niños y dándole espacio a la parejita. Megan pico a la puerta cuando llegaron a la casa del pantano de Mary.

— ¡Abuela Mary! —exclamó Hope cuando abrió la puerta.

Los tres niños la abrazaron con cariño, acto que, por supuesto, Mary les devolvió. Mary alzó la mirada, una mueca se posó en su cara al mirar tras de Megan, quien supuso que era porque había visto a Elijah.

— Hope y yo te hemos traído unas flores. —habló Hayden enseñándoselas.

— ¡Y yo! —se añadió Henrik.

Su hermana mayor le frunció el ceño poniendo mala cara.

— Tu no, mentiroso.

— Niños, no discutáis. —interrumpió Mary con dulzura.— Id dentro, tengo que hablar con vuestras madres.

Los niños hicieron lo que la anciana les había pedido. Mary posó su mirada en las mellizas.

— No sabía que ibais a traerle.

— Mary, por favor. —suspiro levemente Hayley.

— Los vampiros no son bienvenidos. Vosotras sois la excepción. Normas de la casa.

Elijah miro a las Marshall.

— Os dejaré solas. —murmuró alejándose.

Hayley camino hacia las dos mujeres.