ix. Mikaelson christmas drama

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Megan miró el pantano esperando que Mattia apareciera por ahí. La loba lo escuchó incluso antes de que apareciera en su campo de visión.

— Se que necesitabas espacio, y te lo he dado, pero pensé que con el tiempo volverías a casa.

— Ya, al piso que Elijah alquilo obligando al dueño y al dormitorio con vistas a su biblioteca.

Mattia clavo el hacha en la madera.

— ¿Lo quieres a él?

— Mattia.

— Dime la verdad por una vez.

Megan miró para otro lado. No servía de nada mentir, solo empeoraría la situación con Mattia. Era hora de afrontar lo que sentía por Klaus, y aunque odiaba y amaba ese sentimiento a partes iguales, era algo que no quería admitir.

Pero que ahora en adelante haría.

— Lo sabias... lo sabias cuando te casaste conmigo.

— Ha pasado un año. He estado a tu lado, he luchado por ti y tenemos una hija. Te amo y a Hayden. Pero ¿sabes qué es lo peor? —Meg guardó silencio.— Salir de esos bosques y verte sentada ahí... es lo más bonito que he visto en mi vida. Incluso enfadado preferiría estar contigo que en cualquier otro sitio. ¿Que clase de idiota soy?

— Mis sentimientos por Klaus son complicados, pero eso no significa que no te quiera, Mattia. —le tomó de la mano.— Te elegí a ti, y te vuelvo a elegir cada día. ¿No es suficiente?

Mattia no respondió, pero tampoco se apartó.

— Es nuestra primera navidad juntos. La primera navidad de Dina. —le recordó.— Nunca he tenido una Navidad feliz en familia. Solo quiero una noche tranquila contigo, nuestra niña, Hayley, Hope y Jackson. Nuestra familia. —murmuró.— Y no me importa si su casa está en llamas. Por una noche, dejaré que arda, pero, por favor, ven a casa.

Mattia tardó un par de segundos en contestar

— De acuerdo. -- acepto. -- Nos vemos allí.

Megan sonrió.

— Gracias.

. . .

Megan entró al complejo empujando con rapidez el carrito que contenía a Hayden. La híbrida lo dejó a un lado y se arrodilló frente a una inconsciente Freya.

— ¿Qué ha pasado? —le preguntó a Mattia, quien la había salvado.

— La han atacado tres vampiros bien vestidos.

— Los Strix. —maldijo Meg.

— Si. Y necesita tu sangre.

Megan se mordió la muñeca y después la colocó en la boca de Freya, quien bebió de inmediato.

— ¿Estás bien? —le pregunto a su marido.

El pelinegro asintió.

— Es difícil ignorar cuando alguien necesita tu ayuda, ¿eh? —ante las palabras de Meg el chico asintió cabizbajo.

Freya se separó de la muñeca de Meg.

— Se la han llevado, la serratura. —confesó la bruja.— Iba a reunirme con una bruja de la estirpe que la creó. Esperaba que me ayudara a destruirla, pero no es posible. Dijo que la única manera de deshacerse de ella es usándola. —relato. Miró a Megan.— Debemos recuperarla y encerrar a otro. Me da igual quien mientras que no sea de nuestra familia.

— Espera. —la interrumpió la castaña.— ¿Por qué no vamos a ver a Tristan y se la pedimos muy amablemente?

La entrada de Elijah al complejo callo la respuesta de Freya.

CURSED BLOOD | KLAUS MIKAELSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora