ix. finding Elijah

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A pesar de la situación en la que se encontraba, Megan Marshall, en ese momento, se sentía agradecida.

Desde un rincón, pasando desapercibida, observaba a su marido hablar con los niños. Mantenía a Hope y a Hayden sobre él, cada una en una pierna, mientras que Henrik estaba frente a él, encima de la mesa, mirando fascinado la cantidad de dulces que su padre había traído.

Klaus relataba una historia sobre unas francesas, las cuales les enseñaron a él y a Elijah los maravillosos pastelillos que yacían sobre la mesa. Cuando acabó de contar la historia el híbrido conectó la mirada con ella, invitándola a unirse a ellos.

— Buenos días. —dijo la castaña antes de darle un beso a cada niño.

Klaus alzó las cejas.

— ¿Para mí no hay? —preguntó refiriéndose a beso.

— No. —negó con una sonrisa ladeada. Meg miró la mesa antes de volver a mirarlo.— Supongo que la fruta ha sido sustituida por pasteles.

— No veo nada de malo en darle un capricho a nuestros hijos. —Meg alzó las cejas.— Con moderación, por supuesto. —añadió tras la mirada.

— Claro. —murmuró sarcásticamente.

La híbrida miró hacia su hijo, que balanceaba sus pequeñas piernas por el borde de la mesa mientras comía un pastelito. Meg lo peino suavemente.

— No comáis muchos dulces u os dolerá la barriga. —les recomendó a los niños.

Tras sonreírles se acercó a Klaus.

— ¿Podemos hablar?

El rubio asintió mientras se alejaban de los infantes.

— ¿Has visto a Elijah?

— Creí que estaba contigo o con Hayley.

— Ninguna lo hemos visto desde que se fue a casa de Marcel anoche.

. . .

Megan colgó el teléfono y se lo guardó en el pantalón.

— Elijah no está en casa de Marcel. —informo a Freya y a Hayley de lo que le había dicho a Klaus.

— Lo encontraré. —aseguro la bruja poniendo sangre sobre un mapa.

Freya alzó las manos sobre el mapa y recitar el hechizo, pero no tardó más de diez segundos en detenerse y mirar a las mellizas.

— Está encubierto con magia. Puedo sentirlo.

Hayley suspiro y se pasó las manos por la cara. Meg le puso una mano en el hombro.

— Lo encontraremos, Haly.

Las tres se giraron cuando un ruido las alarmó. Era el hueso, se estaba moviendo hacia la entrada, anunciando la llegada de Vincent.

— Es ella. —fue lo primero que dijo el brujo.— Es el Vacío. Tiene a Elijah y quiere ese hueso.

— ¿Lo quiere a cambio de Elijah? —preguntó Hayley.

— No, no lo entiendes. No habrá intercambio. —Vincent comenzó a alterarse. Las mujeres lo miraron sin entender.— Necesita que Elijah muera para canalizar la energía del sacrificio. Ya le ha envenenado con las espinas de rosa. Quiere el hueso al atardecer. Si no se lo llevais, vendrá aquí y lo cojera.

Las mujeres se miraron entre ellas.

— Cuando lo haga, quemara la ciudad hasta los cimientos.

. . .

CURSED BLOOD | KLAUS MIKAELSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora