x. good bye, love

943 98 66
                                    



Megan frunció el ceño al despertarse en mitad de la noche por unos fuertes ruidos. La híbrida se levantó de la cama y se asomó al balcón, de donde provenía el escándalo.

— Por dios, son las cinco de la mañana, deja de hacer ruido, pulgoso. —le dijo al rubio quien se mantenía de espaldas.— ¿Klaus?

El híbrido se dio la vuelta lentamente, el corazón de Megan dio un vuelco tortuosamente doloroso. Las lágrimas se acumulaban en sus bonitos ojos azules mientras que su camiseta yacía una gran mancha roja. Sangre.

Klaus trató de hablar, pero nada salió de su boca, simplemente pequeños sollozos. Solo bastó esto para que Megan saltara de balcon en balcon y se acercara preocupada a el.

— ¿Qué ha pasado? —le pregunto suavemente acogiendo sus manos entre las suyas.— ¿Klaus?

— Anoche nos quedamos hablando, me he despertado esta mañana y estaba lleno de sangre. —relato.

— ¿De quién es la sangre?

Klaus miró la cama como respuesta. Megan ahogó un jadeo al ver a Camille bañada en sangre. En su sangre.

— Todo va a estar bien, Klaus. —le aseguro abrazándolo.— Yo me encargo de ella.

Klaus se posicionó en una esquina de la habitación, observando como Megan se subía a la cama y ponía en su regazo el cuerpo de Cami. La castaña acarició la mejilla de la psicóloga mordiéndose el labio tratando de no llorar.

No había compartido mucho tiempo con Cami, pero la rubia tenía todo su respeto y cariño.

Los ojos de Camille se abrieron de golpe, y se incorporó mirando a Megan, confundida.

. . .

Megan envolvió a Camille en una manta, tratando de reconfortarla le apretó la mano. La castaña se agacho frente a ella.

— ¿Qué ha pasado?

— Aurora. —confesó bajito.— Me obligo antes de que tú llegaras. —sollozo.— He muerto. Estoy muerta.

— Todo va a mejorar, Cami. —aseguro.— Aurora va a pagar por sus actos. Yo misma la haré sufrir por lo que te acaba de hacer. Te lo juro. —prometió mirándola a los ojos.

La rubia se encogió de dolor.

— ¿Qué me está pasando?

— Estás en transición. Necesitas alimentarte de sangre pronto, o volverás a morir. Pero esta vez para siempre. —le explico.

La puerta de la habitación fue cerrada con fuerza. Megan suspiró.

— Si te sientes con fuerzas ve a darte una ducha, ahora te traigo ropa.

La castaña salió de la habitación con rapidez tratando de igualar su paso al de Klaus. Pero en cuanto más se acercaba más rápido iba el.

Megan sabía que una parte de él quería estar con ella, dejar que lo consolara, por eso no se había ido a velocidad vampírica. Pero la otra parte de Klaus creía que si le dejaba ver a Meg su faceta débil ella haría algo contra el.

— No huyas de mí. —pidió. Klaus se detuvo.— Entiendo si no quieres hablar pero quiero que sepas que estoy aquí para ti. —cogió aire para seguir.— Te quiero, Klaus. Te importas, por eso me preocupo por ti. No quiero que afrontes las cosas solo porque creas que hablar de tus sentimientos te hace débil. Pero no es así. —posó una mano sobre su hombro y lo giró lentamente.

CURSED BLOOD | KLAUS MIKAELSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora