Parte 4.3.1. Después de la derrota.

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*Nota: Punto de vista de Balok reposando después de ser tratado por las heridas causadas en el combate contra Tarl.


Balok se encontraba recostado en una amplia piel de res dentro de una casa en ruinas del pueblo, sus heridas aun dolían, pero claro que no podía demostrar debilidad.

Los lamentos podían atraer depredadores hambrientos que sin ningún tipo de lastima se aprovecharán del débil o el enfermo.

Aún menos para alguien albino como él, su niñez fue dura ya que su color hacía que fuera rechazado por su tribu.

En medio de la naturaleza su pelaje lo delataba frente a sus presas o contra sus depredadores.

Bajo su pelaje se ocultan cientos de cicatrices desde grandes cortadas a mordidas que terminaron arrancándole una parte de su carne.

Balok: - En la derrota es cuando más me duelen mis viejas heridas-.

Suspiro cansadamente, recordó algunos malos momentos.

En su juventud intentaba constantemente pintar su pelo con plantas, con lodos, con cualquier cosa que pidiera cambiar su color, incluso se cortaba su pelaje para que su propia tribu no lo tratara como un desperdicio.

Balok: - Que tonto era en ese momento-.

Después comprende que nada podía realmente hacer para cambiar lo que era, jamás sería como los demás y eso era algo bueno.

Él no estaba limitado a ser una mierda como muchos le decían, solo era que ellos temen lo desconocido, le temen al enorme potencial que tiene.

Balok: - ¡Con orgullo muestro quien verdaderamente soy!-.

Golpeó el suelo haciendo un estruendoso sonido, en ese momento un gato de pelaje naranja se postró sobre una mesa de madera cercana a él.

Garritas Esponjosas: - Tu pelaje es hermoso, me recuerda a la nieve que cae cuando el viento se vuelve frío-.

Balok: - Vaya, un gato que habla, sabia que existían hombres bestias gatos que hablaban, pero no sabía que los gatos comunes hablaran, pero gracias por el cumplido tu pelaje se ve...mmm... esponjoso-.

Garritas Esponjosas: - Bobito, los gatos no hablan-.

En ese momento Balok se dio cuenta que había otra presencia aún menor que la del gato, era una chica goblin.

Gazul: - Era yo quien hablaba, pero gracias por el cumplido a mi amigo, yo solo venia a ver como se encontraba mi nuevo compañero-.

Quería acercarse más para verlo mejor, pero también sentía cierta desconfianza.

Balok: - Eres la chica de la ballestota, en parte es tu culpa que esté en estas condiciones enana apestosa-.

Golpea de nuevo el suelo, pero esta vez sin usar mucha fuerza.

Gazul: - Entonces ya estás mejor, bueno me marcho que mi trabajo nunca termina-.

Se dio media vuelta para salir de la habitación.

Balok: - Sí ya vete con tu saco de pulgas.........pero antes.... ¿realmente te gusta mi color?-.

Pregunto con duda.

Gazul: - Sí, es muy lindo, además me da un poco de envidia tu fuerza jiji-.

Inmediatamente salió del lugar dirigiéndose a llenar los datos de los nuevos materiales obtenidos de este pueblo.

Balok: - ¿Lindo?, nadie me había dicho eso antes-.

Sentía algo extraño dentro de su cuerpo, sentía un nudo en la garganta, había recibido un golpe que había aplastado por completo su corazón, ninguna de sus anteriores heridas conseguidas en el combate lograban compararse a esto, comenzó a ver borroso ya que sus ojos se estaban llenando de lágrimas.

Balok: - Esta comenzando a llover-.


Nota: Parte final.

Reencarne en un Orco (Re)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora