Parte 14.2.1. La Demoníaca Verdad.

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Regresando un poco en el tiempo, antes de que el gran Tarl saliera del bosque élfico, en la lejanía del Imperio Ork Kus Khan se podía vislumbrar un gran ejército demoníaco marchando hacia las tierras controladas por los pieles verdes.

El siniestro Sacerdote Demoníaco llamado Bardanael lideraba las grandes hordas infernales, su objetivo era simple llegar con la criatura que había logrado conseguir los 7 Títulos Capitales.

El siniestro Sacerdote Demoníaco llamado Bardanael lideraba las grandes hordas infernales, su objetivo era simple llegar con la criatura que había logrado conseguir los 7 Títulos Capitales

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*Bardanael, Sacerdote del Rey Demonio, nivel 90.

El "Anillo de Elección", aquel objeto obtenible por cualquiera maldecido por los títulos capitales con el cual se comunicaba Bardanael con sus ejército, también le servía para saber la posición exacta de cada uno de estos.

*Fultanor "El Fulgor Errante", "General de las fuerzas Armadas Demoníacas", Demonio de los volcanes nvl 85, guerreros expertos en el combate en terrenos de difícil acceso y climas desfavorables, sus llamas funden fácilmente los metales ferrosos

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*Fultanor "El Fulgor Errante", "General de las fuerzas Armadas Demoníacas", Demonio de los volcanes nvl 85, guerreros expertos en el combate en terrenos de difícil acceso y climas desfavorables, sus llamas funden fácilmente los metales ferrosos.

Fultanor: - Señor nuestro avance a través de los otros reinos nos reporta lo debilitados que se encuentran ya nuestros enemigos, tomamos constantemente nuevos territorios a una velocidad sorprendente -.

Hablo mientras observaba varios papiros hechos de piel humana y élfica.

Bardanael: - Excelente, sin embargo con la aparición de ese nuevo héroe solo nos advierte que posiblemente continúen saliendo más de estos estorbos -.

Molesto tomó un gran trozo de carne y la devoró.

Fultanor: - Entiendo señor, nuestros Reyes Celestiales han caído, esos bastardos -.

Refunfuño.

Bardanael: - Por eso iremos primero a por la afortunada criatura que logró conseguir los 7 pecados capitales -.

Sonrió perversamente.

Fultanor: - ¿Realmente alguien que consigue los 7 títulos capitales se puede convertir en un Rey Celestial?, jamás he visto algo así -.

Pregunto con duda, pues realmente nunca había escuchado ese tipo de método antes, sabía que alguien poderoso podía someterse bajo el yugo del Rey Demonio y ser bendecido como Rey Celestial, pero de otra manera no.

Además, que tan cuerdo quedará alguien después de obtener todos los títulos, pues ya con uno solo los mortales tienden a enloquecer y ser controlados por las entidades demoníacas.

*Nota: Los Demonios no son considerados mortales pues estos no necesitan comer, respirar, dormir, ni pueden envejecer.

Bardanael: - Claro que nunca has visto alguno, ya que es una mentira que cree para mi propio beneficio -.

Reía grotescamente, al pensar en todo lo que debería estar sufriendo aquella estúpida criatura que logró obtenerlos.

Cada uno de los Pecados Capitales era un Dios Menor, representantes de las desagradables y bajos instintos de los seres vivos.

Estos 7 Dioses Menores se desprecian pues cada uno desea tener bajo su mando al mayor número de pecadores posibles, por lo que si alguien consigue varios títulos capitales seguramente será castigado por estos al considerarlos infieles herejes.

Bardanal: - No creí que alguien lograra tenerlos todos, solo planeaba consumir al que más obtuviera, para robarles sus títulos -.

Lamentablemente para los Demonios les era imposible obtener los títulos capitales, sin contar que estos solo podían seguir a uno de estos dioses, por lo que el Sacerdote planeo arrebatarle a los mortales al menos 2 o 3 títulos, por lo que era una exquisita sorpresa esto.

Solo lograría robarles una vez estos títulos antes de ser castigado por los Dioses Menores, por lo que aún dudaba de proseguir con su plan, pero sin duda valía la pena si conseguía los 7 de una sola vez.

Saliva se escurría de entre sus labios grotescos, excitado al arrebatarle todo este poder a un simple mortal.

Fultanor: - Realmente usted es perverso señor, no por nada le queda perfecto su apodo"El Rey Demonio de la Falsedad" -.

Rápidamente fue callado por una enorme mano.

Bardanael: - Silencio, aun soy el Sacerdote del Rey Demonio -.

Aún no deseaba que permaneciera oculto su verdadero ser, al menos hasta conseguir el poder que deseaba.

****************

Dentro del Imperio Ork Kus Khan, en la oficina principal de administración se encontraba en el suelo una agonizante Gazul, rodando por el suelo vomitaba sangre negra, al mismo tiempo que su piel se estiraba como si varias manos y rostros intentarán salir desde dentro de su cuerpo.

Entre atroces gritos y lágrimas se arrastraba por el suelo dejando tras de sí un rastro de inmundicias pestilentes.

Sus músculos, huesos y órganos eran estirados, empujados, doblados, sus horrendas muecas junto a las lágrimas de sangre eran la prueba de que el los Dioses Menores Demoníacos castigaba de las peores maneras a los infieles.

Nadie lograba hacer algo por la Jefa de Administración, ni siquiera sus guardias espaciales Goblin eran capaces de defenderla de este violento dolor, solo eran testigos del final de uno de los pilares más importantes del Imperio.

Todo esto sin siquiera saber que pronto serían asesinados brutalmente por miles de Demonios buscando el cuerpo inerte de quien condenó a todo su pueblo.




*Nota: Parte final. Como siempre sus dudas, comentarios, aportaciones son bien recibidas ya que me ayudan a mejorar la narraciones y poder entregarles unas historias más entretenidas, interesantes o intuitivas.

Reencarne en un Orco (Re)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora