Nacido maldito con la asquerosa apariencia de un orco de bajo nivel, acaso los dioses lo abandonaron.
Pero no son momentos de lamentos, es tiempo de consumir, evolucionar y con sus manos llenas de sangre cambiar el brutal destino que se le fue sente...
El emperador con la mente más despejada comenzó a trabajar de nuevo con Gazul, quien le pidió que subiera de puesto a varios súbditos.
Gazul: - Necesito su permiso para colocar a varios agentes en puestos de Jefes, tanto la Jefa de Entrenamiento Siljka como yo la Jefa de Administración damos el visto bueno de estas criaturas-.
Estos fueron llamados para que el emperador los analizará y los aceptará o les negara el puesto.
Todos los participantes habían pasado "El Ritual de la Zarpa", además de demostrar grandes habilidades incluso dentro de su especie, se podría decir que eran mutantes.
El primero en pasar no fue otro que el enano Fanzer.
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Gazul: - El tomaría el puesto de Jefe de Forja-.
Fanzer: - Nací para moldear el metal, permítame liderar las forjas y le aseguro que fabricaremos armas mejores que el martillo que le otorgue-.
Sonreía mientras apuntaba al arma.
Tarl: - Por supuesto, no creo poder dejarla en mejores manos, solo intenta no explotar toda la zona-.
Se retiró alegremente, a lo lejos se escuchó de nuevo su voz diciendo "Ven para acá chamaco orejón, se que fuiste tu quien se burlo de mi barba".
El segundo en entrar también era alguien que conocía al Alto Orco.
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Larada: - Holi hermoso-.
Entró coqueta mientras le guiñaba el ojo.
Gazul: - Ella va al puesto de Jefa de Médicos-.
Sonreía mientras hablaba.
Tarl: - Esto es serio, compórtese de acuerdo al cargo que busca-.
Hablo seriamente para calmar el ambiente.
Larada: - Sí mi bebecito, ¡upsi!, mi emperador-.
La chica goblins no quería reírse, pero no aguanto y se carcajeo.
