El pensamiento de Tarl comenzó a procesar lo sucedido, todo era nuevo y su cuerpo difícil de controlar.
A la distancia y cercanía se podían notar sombras gigantes y pequeñas moverse.
Se escuchaban sonidos extraños como el producido cuando la carne es arrancada y el de los huesos quebrarse, golpes, llantos, gruñidos, fuertes pisotones.
Ocasionalmente podía sentir como líquidos pestilentes y grotescos sólidos saltaban en su rostro.
Repentinamente un nauseabundo olor, pero por alguna razón apetecible para Tarl, llegó a su nariz.
Un pequeño orco como él había muerto aplastado por las pezuñas de alguno de los adultos.
Una feroz hambre comenzó a dominar al protagonista, su pequeña boca salivaba por aquel manjar.
Tarl: - Es asqueroso, pero el hambre es más fuerte que mi pensamiento-.
El cuerpo destrozado del cadáver hacía sencillo para los bebés de su alrededor poder alimentarse de él.
Tomó un trozo tontamente con su pequeña mano y la llevó a su boca, el fuerte sabor logró encender sus instintos, su cerebro se aceleró.
Jamás se sintió tan vivo, necesito llegar hasta el fondo, la miseria absoluta para comprender que aun así puede sentir felicidad, placer y sobre todo ganas de vivir.
Tarl: - Que moriré en solo unos días y una mierda, haré que la diosa se trague sus palabras junto a unos de mis puños-.
Devoro todo lo que estaba al alcance de sus manos, los demás bebés no se quedaban atrás, era instintivo, comer o ser comido.
Los adultos que eran parecidos a unos cerdos arrojaban sobras y suciedad al suelo para que se alimentaran.
Los días pasaban y era más notable para el protagonista apreciar su alrededor.
*Cueva de los Orcos del bosque, esta era una cueva común perteneciente a un pequeño grupo de orcos esbirros, lo más llamativo era la enorme cantidad de huesos de distintas especies que cubrían el suelo.
Noto cómo su cuerpo era algo parecido al de los cerdos, probablemente pertenecía a la especie de los orcos, pero debía ser una variable muy débil.
Incluso los adultos tenían una apariencia muy burda, sin duda ellos preferían usar la fuerza de sus brazos que el cerebro para solucionar los problemas.
El crecimiento era acelerado, en solo unos días su cuerpo era el doble de grande, sin embargo cada vez era mayor el hambre y la cantidad de alimento que les ofrecían los adultos era cada vez menor.
Tarl: - Con suerte y junto a mi crecimiento físico, también crecieron mis capacidades cognitivas-.
Era lógico que si el hambre crecía y la comida escaseaba, se necesitaría bajar la población, sin dudarlo el protagonista esperaba hasta que sus pequeños compañeros durmieran.
ESTÁS LEYENDO
Reencarne en un Orco (Re)
خيال (فانتازيا)Nacido maldito con la asquerosa apariencia de un orco de bajo nivel, acaso los dioses lo abandonaron. Pero no son momentos de lamentos, es tiempo de consumir, evolucionar y con sus manos llenas de sangre cambiar el brutal destino que se le fue sente...