Parte 11.7. Hora de la derrota.

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El Rey Celestial solo miro una mancha negra que brinco sobre él, a su espalda una gran pared de roca surgió estrellándose contra esta, sangre escurría de entre sus huesos.

Mirlatos: - ¿Un ataque suicida? -.

Un fuerte viento limpió su cuerpo y arrojó a un lado a la criatura que se estampo contra su cuerpo.

Bajo al suelo para observar qué clase de basura manchó sus lujosos ropajes, era un viejo y extraño Orco, nada relevante ante sus cuencas oculares vacías.

La pared tras detrás suyo cayó, sin duda esta era la misma magia del Héroe con armadura blanca.

Mirlatos: - Saben hay niveles para lo que me puedan disparar una cosa son flechas sagradas y otra es arrojarme apestosos Orcos, ¡más respeto para los muertos!-.

Dio un paso antes de ser detenido, una de sus piernas fue sujetada por la mano demacrada del Orco, sin embargo esta vez algo fue diferente, pues el Rey Celestial fue arrojado por los aires estrellándose contra sus guerreros No-Muertos.

Mirlatos: - Eso si que me sorprendió, creo que es la primera vez que un poseedor de Título Capital se opone a un Rey Celestial, ¿Si sabes que trabajamos para el mismo Rey Demonio?, bueno que se puede esperar de un estúpido Orco -

En tono de burla se levantó del suelo, nuevamente un fuerte viento limpió su traje, pero inmediatamente fue obligado a inclinarse contra el suelo por la enorme fuerza de una patada contra su reluciente cráneo.

Mirlatos: - Esto ya se está volviendo algo molesto -.

Frente a él se encontraba un Hombre Carnero, realmente no parecía ser un sujeto poderoso, pero otra de sus patadas comprobó que sin dudas tenía una gran cantidad de fuerza.

El Rey Celestial fue arrojado muy cerca de las murallas de la Capital, justo en el suelo fue recibido por dos Héroes los cuales lo golpearon nuevamente con armas contundentes, una onda de choque provocado por el viento alejó a sus enemigos de su esquelético cuerpo.

Mirlatos: - El Pecado Capital de la Ira y el del Orgullo luchando junto a dos Héroes contra un Rey Celestial, el mundo no es el mismo de antes, solo faltaría que un Dragón se uniera al combate -.

El deforme cuerpo de Tarl comenzó a retorcerse, su título Demonio Iracundo lo estaba adaptando al combate contra este poderoso ser.

Solo que esta vez no se estaba transformando en el Demonio gris que había aparecido en el combate contra el Oni, por el lado contrario esta vez tenía un cuerpo de un menor tamaño con una musculatura reducida.

En todo el campo de batalla solo dos seres comprendieron la nueva forma del Orco Demonio, Mirlatos y Fausto.

De tez blanca con una máscara que cubría por completo su visión, esta era la versión más parecida al verdadero Pecado de la Ira que hasta ahora había logrado surgir.

De tez blanca  con una máscara que cubría por completo su visión, esta era la versión más parecida al verdadero Pecado de la Ira que hasta ahora había logrado surgir

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Reencarne en un Orco (Re)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora