Mientras permanecía descansando Tarl aun se mantenía inconsciente, al mismo tiempo los demoníacos Pecados Capitales lo observaban.
El Pecado de la Lujuria sonreía mientras con sus largas garras acariciaba el abdomen marcado del Alto Orco.
Lujuria: - ¿Qué les parece si jugamos un poco con él?-.
Al estar en un estado tan debilitado, era sencillo persuadirlo o llegar a casi controlarlo.
Un demonio muy musculoso, el cual tenía la piel desgarrada y de las cuencas de sus ojos salían un par de cuernos le contestó.
Ira: - No me interesa, tengo un pendiente con Soberbia-.
En ese instante se evaporó, dejando solo un rastro de sangre.
Gula: - Me da igual, haz lo que quieras yo tengo que comer-.
El delgado demonio devora algunos pequeños demonios.
Lujuria: - Genial, entonces haré que realmente merezca mi título este virgen-.
Sus largas garras comenzaron a clavarse en el cuerpo del emperador, no le formaban heridas físicas, más bien buscaba animar más ese lado obsceno que naturalmente tenían todos los orcos, era alimentando con lascivas ideas y sensaciones.
Lujuria: - Un poco más y tu cuerpo se volverá uno más de mis adeptos-.
Lamentablemente su influencia no podía dominar completamente al protagonista, no por su propia voluntad, sino que el Anillo Rúnico Umbrío también devoraba sus pervertidos hilos.
Lujuria: - ¡Estúpido anillo!, aun así con esto será suficiente-.
****************
*Nota: Tiempo después.
Tarl comenzó a tener conciencia de sí mismo dos días después que despertara Balok.
Su cuerpo estaba completamente adolorido, sentía una gran presión en su pecho y brazos, pero el agotamiento no le dejaba abrir sus ojos por completo.
Tarl: - "Ya se me subió el muerto"-.
Pensó al no poder moverse, al ir despertando más sus sentidos, detectó que lo que lo rodeaba era blando y suave, con un aroma muy fresco parecido al de las flores.
Eso lo calmó un poco, significaba que no era un fantasma lo que no le permitía moverse, o algún no muerto, aun así sus cansados ojos no querían abrirse.
El emperador planeaba permanecer en este estado mientras pensaba en algunas de sus malas decisiones que tomó en la montaña, al menos esto iba a ser así si no fuera porque sintió algo extraño.
Pudo percibir como algo le acariciaba una de sus nalgas, esto fue suficiente para que nuestro protagonista despertará por completo y brincara del lugar donde se encontraba recostado.
Tarl: - ¡¿Qué pasa?!-.
Mientras preguntaba en voz alta observaba a su alrededor.
Noto que se encontraba en una de las habitaciones de su hogar, se hallaba completamente desnudo y que justo donde se encontraba recostado estaban dos chicas sin sus prendas.
Tarl: - ¡¿Pero qué carajo?!-.
Una de las chicas la reconoció ya que era Siljka, pero la otra era una minotauro de pelaje castaño, no tenía ni idea de quién era.
Ambas se encontraban despiertas ya que Tarl al despertar arrojó a las dos a un lado.
Siljka: - ¿Que tiene emperador?, quieres otra ronda-.
Preguntó algo sorprendida.
Larada: - Venga mi chiquitín, que mami aun puede-.
Le hablo coquetamente.
El Alto Orco se quedó completamente inmóvil, su piel se tornó pálida, no podía creer lo que había pasado.
Las chicas al ver el mal estado de su amante, rápidamente lo empezaron a tratar, al parecer Tarl no recordaba absolutamente nada después de vencer al Vampiro, por lo que les tocó explicarle todo lo que había sucedido desde que llegaron al pueblo.
Tarl: - Entiendo todo eso, pero ¿por qué estaban así?-.
Preguntó mientras se encontraba sentado a un lado de la mesa, agarró un jarra para beber y pasar ese nudo en la garganta que tenía.
Al probar el contenido de la jarra noto que era leche fresca de un muy buen sabor, ni siquiera en su antiguo mundo había degustado una lactosa tan buena por lo que se terminó la jarra rápidamente, ese dulce sabor lo calmo un poco.
Larada: - No se preocupe que hay más leche de dónde vino esa-.
La minotauro sonreía de manera pícara al verlo tomar aquel líquido, el protagonista en ese instante comprendió que Larada era una minotauro hembra, en otras palabras una vaca, con eso en mente dejó la jarra lo más lejos posible.
Siljka: - Bueno respondiendo a su pregunta, fue porque usted nos ofreció su enorme amor-.
El orco solo tapaba su rostro con ambas manos mientras le contaba todas las amorosas aventuras que tuvieron en esos apasionados días.
Así fue como Tarl obtuvo sus dos primeras concubinas y en espera de su próxima descendencia.
Por su parte el Pecado de la Lujuria estaba satisfecho por ahora con su nuevo seguidor.
*Nota: Parte final.
*Tarl, Siljka y Larada modo hardcore (Después del raro y poderoso afrodisiaco elaborado con los genitales de una zorra ninfomaníaca, un animal que solo existió 3 semanas en el siglo XVI), mientras tanto el resto del pueblo Orc Kus Khan.
*Los goblins.
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Reencarne en un Orco (Re)
FantasíaNacido maldito con la asquerosa apariencia de un orco de bajo nivel, acaso los dioses lo abandonaron. Pero no son momentos de lamentos, es tiempo de consumir, evolucionar y con sus manos llenas de sangre cambiar el brutal destino que se le fue sente...