Parte 7.4. El Maldito.

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*Nota: 20K de vistas en "Reencarne en un Orco (Re)", esto está más haya más de mis expectativas :0

Todo esto alcanzado por todos los lectores y lectoras, espero que puedan disfrutar de principio a fin esta historia :)

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Tarl bloqueo sus maldiciones "Bengala, Adefesio y Aura de Degradación", por otro lado regaló a su enemigo la maldición "Impreciso".

De un solo puñetazo en la cabeza lo derrumbó al suelo, instantáneamente lo golpeó con su Mazo de la Ciénega hasta tronar la cabeza.

Al instante la sangre pútrida de este ser era absorbida por el Anillo Rúnico Umbrío, calmando el dolor del protagonista.

Sus súbditos estaban contentos de ver al emperador, pero en ese momento comenzaron a llegar más Ghouls (Orcos Esbirros).

Tarl: - Debemos de luchar en un lugar donde no nos aplasten con números-.

Los Ghouls eran creaciones de los vampiros, por lo que seguramente pronto llegaría aquel Vampiro Sirviente.

Un Enano habló mientras apuntaba hacia un lado de la montaña.

Fanzer: - ¡Esa cueva nos puede servir!-.

Quedarían atrapados contra la espada y la pared, pero tampoco era muy buena idea huir de una gran turba de no-muertos que nunca se cansan.

Dentro de la cueva tendrán la oportunidad de pelear contra un número más reducido a la vez, por lo que podrán estar rotando para que los guerreros puedan descansar.

Tarl: - ¡Utilicen todo los materiales que tengamos, busquen dentro de la cueva cualquier cosa útil!-.

Los soldados colocaron sus lanzas apuntando a la entrada, Tarl junto a otros tomaron rocas del suelo y las arrojaron con sus hondas.

Los enanos por su parte comenzaron a buscar dentro de la cueva, querían saber si no había entradas por otros lugares, como esperaban la montaña si tenía las condiciones para albergar varios tipos de metales.

Los aterradores Ghouls porcinos chillaban horriblemente mientras corrían en cuatro patas, brincaron sin miedo dentro de la cueva, arrojándose directamente a las puntas de las lanzas.

El emperador usando sus poderosas piernas para desenterrarlos y arrumbar a las criaturas de nuevo afuera.

Fanzer comenzó a reír al ver varios materiales como vetas de óxidos y carbonatos que buscaba para crear un arma nueva.

Sus compañeros conocían muy bien esa risa, todos lo reconocían como un muy buen armero, pero al mismo tiempo también lo consideraban un loco cuando quería hacer algo nuevo.

Fanzer: -Emperador puedo probar hacer un prototipo de un arma que tengo en mente-.

El emperador estaba concentrado en la lucha, por lo que le dijo que sí al viejo enano.

Sin más que decir comenzó a trabajar, sacando materiales que él ya tenía y golpeando la roca para conseguir otros nuevos.

Los Ghouls disminuían, pero pronto aparecieron los Desollados, estos malditos seres con gran defensa contra los ataques contundentes y penetrantes.

Las rocas los derribaban solo para levantarse de nuevo sin mucho esfuerzo, por otra parte atravesaban las lanzas sin problemas.

La única arma afilada de Tarl era su Cuchilla de Obsidiana, pero era muy pequeña para estar luchando contra tantos.

Los Enanos comenzaron a gritar mientras una gran cantidad de humo y llamas salían desde el fondo de la cueva.

Enano: - ¡Maldito viejo loco casi nos quemamos a todos!-.

Reencarne en un Orco (Re)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora