Parte 14.7. Después de la Muerte.

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Tarl con un rápido vistazo conteo el número de bajas, aunque le faltaba la mitad del rostro aún se podía notar su ceño fruncido.

Indicó a varios No-Muertos que buscaran en distintas zonas cercanas a la explosión, debían encontrar al resto de supervivientes, principalmente a Yuzari, inmediatamente salieron del lugar.

Sujeto un árbol con sus enormes manos, arrancando de raíz, aquella planta se retorció completamente adolorida, entre la garra de aquel depredador su tronco comenzó a secarse por completo hasta quedar completamente seco.

El viejo Orco seguía sacando árboles y dejándolos en malas condiciones, solo se detuvo hasta que su cuerpo se regenere por completo.

Tarl: - No es tan eficiente la curación de "Drenado Mortal" -.

Le tomó sanar la mayor parte de su cuerpo un total de 35 árboles demoníacos.

Algunos de los No-Muertos sobrevivientes se reunieron a su alrededor esperando órdenes de su señor, mientras los guerreros permanecían sentados en el suelo, mirando su entorno temeroso de algún otro suceso.

Tarl: - Siervos busquen.... -

Su orden fue interrumpida por una voz lejana, una delicada voz que le era muy conocida.

Tarl: - ¿Gazul?, todos preparados -.

Sin más decidido encaminarse al último lugar donde había escuchado, cada vez que se acercaba a ese lugar, la voz de Gazul provenía de un lugar más lejano y distinto.

En pocos minutos llegaron enfrente a una enorme edificación repugnante, pero hasta cierto punto nostálgica.

Tarl: - Las murallas de Ork Kus Khan -.

Tarl: - Las murallas de Ork Kus Khan -

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*Muralla.

Los enormes cuerpos putrefactos sangraban constantemente un liquido negro y mal oliente, nubes de moscas rodeaban estos estaques negros, los brazos gigantescos se retorican aun de dolor, era una aberración defensiva.

Tarl: - Esto no está nada bien -.

Un muy mal presentimiento le llegó al cuerpo, tardaron horas probablemente dando vueltas en el bosque, ahora repentinamente la voz de su compañera se escucha y son conducidos en pocos minutos a las murallas.

Tarl: - ¡Atentos, esto es claramente una maldita trampa! -.

Intentando evitar cualquier incidente, el Orco usando una habilidad derrumbó la puerta por completo, los grandes cuerpos sin cabeza hicieron un extraño ruido parecido a un chillido de dolor.

Las grandes rocas cayeron al suelo aplastando a cualquier cosa que se estuviera ocultando bajo ellas, la entrada ahora estaba un poco obstaculizada, pero nada importante para ellos.

Tarl: - No-Muertos al frente -.

Lentamente fueron pasando por los escombros, cada uno observando a una dirección distinta, sin embargo, no parecía haber nadie.

Reencarne en un Orco (Re)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora