Vanessa
Me removí manteniendo los ojos cerrados, la luz del sol se hacía más presente y molestoso. Fue mala idea poner la cama cerca a la ventana, y tener un balcón lo hace más complicado. Unas manos presionaron mi cadera, moviéndome unos centímetros.
—¿Estás despierta, Lu?
—Sí — parpadeé encontrando a unos divertidos ojos grises — Buenos días, mi amor.
—¿Por culpa de la luz?
—No, apenas ha amanecido. Se ve lindo, por cierto — le acomodo su cabello, escuchándola atenta — Aunque prefiero ver el cielo que pintaste para mí.
—¿Te gusta mucho? — me recuesto mirando hacia arriba, sintiéndome muy orgullosa del resultado.
Había pasado días con los detalles más importantes para que me salga bien el efecto 3D, daba la ilusión de un techo roto mostrando un hermoso cielo estrellado. Más se me complicó hacer las grietas realistas, las sombras grises ayudaron un montón.
—¿Es broma? La palabra queda muy corta. Tus manos solo hacen arte — solté una risita cuando empezó a dejar varios besos en mis dedos — ¡Verdad! — se sentó tratando de hacer memoria — Me olvidaba de la fiesta de anoche. ¿Qué sucedió?
—¿No recuerdas nada? — suspiré poniéndome a su altura, a la vez, preparándome para la conversación que se venía.
—Sí. Un poco — infla sus mejillas — Cuando bajamos y estuve presentando a los trabajadores, Fabio se burló y me invitó de su bebida. Bailábamos payphone, unas canciones más — levanta su hombro derecho recostando su cabeza en ella por unos segundos.
—¿Recuerdas la celebración del club stars?
—Hubiera preferido no hacerlo — murmura — Me dan vergüenza, a veces.
—Lu...
—A veces dije.
—Está bien, cielo, sigue.
—También... Me cantaron el cumpleaños feliz — asiento — Y... lo último que recuerdo es cuando bailé memories con Esteban. Nada más — susurra — ¿Bebí mucho?
—¿En memories? ¿En serio? Te tomaste muy en serio la parte: Solo quiero olvidarme por esta noche. Sí que te olvidaste.
—No te burles de mí y cuéntame. ¿No hice nada vergonzoso, verdad?
—No...
—¿Qué pasó? Ya reconocí esa mirada de gato — fruncí el ceño — Estoy esperando.
Crucé mis piernas y con la ayuda de mis manos me acerqué más a mi novia. Ella alza sus cejas siguiendo mis movimientos.
—¿Por qué volviste a consumir drogas?
Se queda quieta sin quitar su mirada de mí, demostrando que no tiene idea de qué estoy hablando.
—¿Drogas? No he consumido nada.
—No has recibido nada de nadie — asumí.
—Cielo, ayer había guardias para evitar la entrada de esas sustancias.
—Está bien — musito, sujetando sus manos y dejando un suave —No pasa nada, cielo.
—¿Hice algo malo? — cuestiona preocupada.
—No, no mi amor, no has hecho nada — la calmé acariciando su rostro — Pero pude darme cuenta, por tu mirada, y tu lado eufórica, esa no la conocía. O tal vez solo fue culpa del alcohol — intenté desviarle el tema al percatarme que no dejaba de pensar.
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Destinadas
Teen FictionOtra vez recorriendo la ciudad de Ohio, donde vas a conocer personas muy agradables o tal vez, personas que hubieras deseado no conocer. En esta ciudad hay una cierta rubia, Lucía Miller, la más temida de su preparatoria por su fuerte carácter y mol...