Vanessa
Desde el portón de los vestidores vigilé por unos segundos la cancha, estaba lleno de estudiantes, ese no era el problema, estoy acostumbrada a esto. Mi conflicto es que el equipo con quien vamos a competir es con la universidad de mi ex escuela, tengo el miedo que estén mis antiguos compañeros. Es más que un hecho que la mayoría de ellos han ingresado a la universidad de Ohio, y topármelos aquí no sería una sorpresa.
Quiero pensar que solo estoy exagerando.
Y no es así, mi cuerpo se tensa con solo imaginarme de verlos.
—Adams —me sobresalté girando en seco. Mia me miró confundida, frunciendo el ceño —¿Disculpa...? Debemos salir ya. Pero a tu amiga le entró pánico, y no quiere pararse —señala con su pulgar hacia atrás, incliné mi cabeza encontrando a Ava sobando sus manos.
Asentí pasando por su lado.
—Las demás pueden ir saliendo, por favor —anuncio, y me obedecen menos Ava, que me mantenía la mirada —¿Qué ocurre? —susurro arrodillándome frente a ella.
¿Se habrá enterado de la convocatoria? Los encargados vienen específicamente por verla ella.
—Son nervios —pronuncia.
—No es la primera competencia.
—Es la última de este año, es la más importante. Nunca he participado en una final porque por alguna razón mi mente se bloquea. No tengo experiencia.
Mis manos presionan las suyas, se encontraban heladas y tensas, aunque están se aferraron en mi agarre, de verdad temía mucho.
—Sí la tienes, es una partida más —resalto —De seguro te ha pasado varias veces, y esta es tu oportunidad para vencer ese miedo, ¿o planeas tenerlo para siempre? Ava, imagina las puertas que se pueden abrir por seguir superándote, no te estanques en esta línea.
—¿Qué pasa si intento y no lo hago bien? Si pierden por mi culpa.
—Somos un equipo, trabajamos todas juntas. Nada será por tu culpa. Si perdemos no ocurrirá nada, tendremos más competencias en el futuro, y quedará como una experiencia importante.
Aprieta sus labios inclinándose a abrazarme, suelta un suspiro pesado en un intento de calmarse.
—No me odies si no logro jugar...
—No lo sabrás si no lo intentas, Ava. Deja de dar todo por vencido, ¿de acuerdo?
Acepta resignada, y se incorpora ayudando a levantarme, entrelaza nuestros dedos, así salimos hacia la cancha donde nuestras compañeras nos esperaban. Mis ojos se quedaron visualizando la barra del equipo contrario, por si me encontraba algún compañero antiguo. Quise dejar pasarlo, hasta que recordé que obviamente no iba a reconocer a ninguno, si la última vez que los vi teníamos once años.
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Destinadas
Teen FictionOtra vez recorriendo la ciudad de Ohio, donde vas a conocer personas muy agradables o tal vez, personas que hubieras deseado no conocer. En esta ciudad hay una cierta rubia, Lucía Miller, la más temida de su preparatoria por su fuerte carácter y mol...