Vanessa
Habían acabado las nacionales y es triste haber quedado en segundo lugar. Fue mi última presentación y no haber ganado me afecta.
Varios se habían terminado de quitar su vestuario, y salieron del camerino. Yo sigo sin cambiarme, quise quedarme un rato más sola pensando.
Traté de dar lo mejor para mi último año y no pude lograrlo todo.
En unos días se termina el año escolar y me siento cada vez más deprimida.
No quisiera dejar a mis amigos, mis chicas del básquetbol, mi club «Era Stars», el uniforme, mi chaqueta del equipo y dejar de verla...
A Lucía.
Sé que me ha hecho renegar tanto que hasta dije que la odio, pero he conocido un poco de su lado "amable y tranquila" extrañaré ese lado de ella, menos todo el caos que hizo.
-¿Se puede? - Escuché su voz, volteé hacia la puerta y vi su cabeza asomada. Asentí levantando las comisuras de mis labios - ¿Estás bien? -preguntó una vez que cerró la puerta.
-Sí - mentí.
Ella jala una silla y se acomoda muy cerca de mí.
-¿Me dirás la verdad? - Me tensé al sentir su cercanía, y su respiración.
-Estoy decepcionada de mí.
-¿Por no haber podido ganar las nacionales? - Asentí - Has logrado mucho este año, y sé que tú querías lograrlo todo, vi tu esfuerzo en la competencia de básquet, tus ganas en las materias y el esfuerzo de poder bailar lo mejor posible para el club.
- ¿Cómo así? -Alcé ambas cejas.
- Me di cuenta al verte muy concentrada en todas las actividades - se encogió de hombros -Lo que decía era que... Eres maravillosa en todo lo haces, para mí la mejor jugadora de básquet eres tú, la más inteligente de todo el instituto eres tú, y la más talentosa del club stars; somos nosotras - no pude evitar reírme, pero era una risa nerviosa. Acerca su rostro un poco más haciendo que mi corazón se acelerara, aun así no quité mi mirada de esos ojos grises. Agarró un mechón de pelo que me molestaba la cara y lo pasó detrás de mi oreja - Para mí... Sobre sales en todos los aspectos, debes de creerme.
- Me siento rara que le digas a alguien más, que es buena en algo, que no sea a ti misma - solté una risita- A veces te pasas de egocéntrica- esbocé una sonrisa inocente.
-Ya sé que soy perfecta, no necesito que me lo recuerdes cada segundo - hizo un gesto de superioridad en broma.
-Eres casi perfecta -Meneé la cabeza.
-¿Casi? Me ofendes - Frunció el ceño.
-Si no hubieras causado tanta discusión, porque sí, renegaba cuando hacías tus travesuras - arrugué mi nariz.
-Yo nunca te hice nada a ti.
-¿Por qué?
-Eh... Pues... - Infló sus cachetes mirando hacia otro lado -No lo sé - se quedó con la mirada hacia el espejo.
-¿Por qué ya no me miras? - Reí - ¿Nerviosa Miller?
-Nunca Adams - contestó firme volviendo a poner sus ojos sobre los míos, estábamos a pocos centímetros.
No sé por qué, pero me dieron ganas de besarla. Sus labios se veían muy suaves y besables.
¿Besables? ¿Qué dices?
Volví a sentir su respiración, ambos chocaban con brusquedad. Lucía no dejaba de mirarme a los ojos como si se hubiera hipnotizado, y yo no podía dejar de mirar sus labios.
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Destinadas
Teen FictionOtra vez recorriendo la ciudad de Ohio, donde vas a conocer personas muy agradables o tal vez, personas que hubieras deseado no conocer. En esta ciudad hay una cierta rubia, Lucía Miller, la más temida de su preparatoria por su fuerte carácter y mol...