Vanessa
Me había levantado bien temprano para ducharme, me puse ropa cómoda para este día, pero antes de salir de mi habitación y dejar a Lucía dormir un rato más, me dirigí a mi baño, agarré una toalla mediana y tapé mi espejo, puse un shampoo echado para que le haga peso a la toalla y no se caiga. Acomodé todo y bajé hacia la cocina para hacer el desayuno.
Mamá suele encargarse del desayuno, pero estoy casi segura que no le preparará nada a Lucía, y por esa razón estoy aquí.
Después de veinte minutos había terminado, hice unos nuggets, piqué varios pedazos de plátano y fresa, por último un batido de mango, que no sabrá como su restaurante favorito pero lo intenté.
Todo lo puse sobre una bandeja plateada, y me fui al segundo piso, encontré mi puerta junta y solo le doy una suave patada para abrirlo por completo.
Me di con la sorpresa que Lucía ya había despertado, estaba parada al frente de la cama, acomodando su corbata roja.
—Hola —saludó mostrando una pequeña sonrisa.
—Buenos días —saludé muy animada —Este es tu desayuno, es hora de comer.
Hice que se siente de nuevo, puse la bandeja encima de mi mesita que tiene unas llantas y lo llevé hacia la rubia.
—¿Y tú? —preguntó mientras comía un nugget.
—Mientras hacía el tuyo, comía el mío — respondí con sencillez sentándome a su lado, volteó a mirarme y se quedó…. ¿Sorprendida? ¿Extrañada?
—¿Y eso? — se refirió a mi collar de plata que tenía un dije de fantasma.
—¿Te gusta? Me lo regalaron en mi cumpleaños, me llegó un paquete pero no decía quién lo mandaba, fue anónimo. Igual me gusta mucho.
La rubia alzó ambas cejas y asintió, ya no dijo nada, solo prosiguió en comer.
Mientras esperaba a que termine, me paré al frente de mi armario en busca de una polera que se pueda llevar al instituto, es decir; que sea de color rojo y no tenga nada ofensivo.
Escogí una roja de un tono no tan llamativo, ni tan oscuro, tenía un estampado de la insignia de la casa Gryffindor, amo esta polera, es una de mis favoritas, pero esta vez se la prestaré a la rubia.
—Gracias — dice después de acabar todo su desayuno, escucho como junta todo para poder bajarlo.
—Yo lo bajaré, no te preocupes — me di media vuelta y le entregué la polera — Ponte, sé que no trajiste tu saco.
Miró la polera con disgusto, negándose rotundamente a usarlo.
—No pienso ponerme eso — frunció el ceño al igual que yo.
—No me ofendas ¿Quieres? Póntelo —ordené. Ella seguía sin hacerme caso — Creo que la chaqueta que me diste ya secó, entonces te daré esa.
—Está bien, me pondré tu león, pásame — Y se la puso a regañadientes — Fabio no querrá hablarme al verme con esto.
—Son Slytherin — Es más que obvio, ella asintió orgullosa —No me sorprende, pero tienes la mala suerte de no poder llevar poleras de otro color que no sea del instituto.
—Sí, mala suerte.
—Anda guardando todo, nos iremos en diez minutos. Voy a dejar esto en la cocina y te espero abajo — agarré la bandeja y bajé a paso rápido, cuando entré a la cocina me encontré a mis hermanos con papá.
—¿Preparada para tu examen? — pregunta mi papá dándome un beso en la frente.
—Estoy nerviosa, debo estar ahí a las 8 y empezará a las 8:30 — meneé mi cabeza.
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Destinadas
Fiksi RemajaOtra vez recorriendo la ciudad de Ohio, donde vas a conocer personas muy agradables o tal vez, personas que hubieras deseado no conocer. En esta ciudad hay una cierta rubia, Lucía Miller, la más temida de su preparatoria por su fuerte carácter y mol...