44. Cosas de niños

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Lucía

Habían pasado dos semanas de lo sucedido, las cosas parecían haberse calmado y todo estaba transcurriendo con normalidad.

Sobre Nessa y su pregunta, no podía explicarle, aunque me sentía obligada. Y justo a tiempo le llegó una llamada de su padre, y terminó olvidándose del tema porque Fabio despertó y estuvimos conversando un poco, hasta que regresó el Fabio de siempre. Y también decidimos no tocar el tema de las drogas. Descubrí que nos mintieron, Paul sí drogó a mi amigo, y no entiendo por qué no han hecho nada al respecto, o eso nos quieren hacer pensar.

Otra vez.

Después de todo, yo me entero de muchas cosas con solo escuchar las conversaciones de mis padres. Hablan de todo... Menos del beso, mamá no se ha atrevido a contarlo.

No sé qué está esperando para hacerlo.

Ahora mismo está por acabar la clase de español, nos dejaron una tarea grupal, y me tocó con Sam y Melanie. No me quejo, no son brutos.

Algunos se levantaron para hacerle preguntas al profesor sobre el trabajo, ridículos, yo preferí quedarme en mi asiento, esperando a que suene la campana.

—Lucía— llama Fabio. Volteé hacia mi izquierda apoyando mi mentón sobre mi mano — Mis tíos se han ido a un viaje y mis padres no van a llegar tampoco, desconozco el motivo. ¿Vienen a mi casa?

—Por mí, normal... — responde Teb — Los planes para este día serán...

—Lo que quieran, podemos ver películas si quieren.

—¿No quisieran ir a una fiesta? Hace mucho no vamos a una.

—Y si mejor hacemos una pequeña reunión entre nosotros —recomendé— No sé... Estar en la piscina o en la sala viendo nuestra saga favorita.

—¿Invitarás a Vanessa, es cierto? —sonreí tratando de verme dulce— Me da igual, sí puede venir.

—Le diré — celebré agarrando mi celular.

. . . .

—¿Hoy? Quedé salir con Sam — recuerda haciendo un puchero — Lo llevaría, pero ustedes no se llevan tan bien.

Miré a Fabio como si estuviera suplicándole, y este solo rueda sus ojos resignado.

—Puedes traerlo, solo que no moleste.

—Debo avisarle, no sé si acepte.

—Lucía... — se acerca Melanie junto con el mencionado, este último saluda a Nessa con un abrazo de lado — ¿Cómo haremos con el trabajo de español?

—Me olvidé — susurro.

—Es español, lo pueden acabar hoy mismo en una hora — menciona Nessa, tranquila —Por cierto Sam, hoy iremos a la casa de Fabio, tendremos una tarde calmada en la piscina.

—¿Por qué? — abrió sus ojos sorprendidos — En muchas ocasiones terminamos peleando. Es capaz de ahogarme — dice entre dientes, acercándose a la oreja de Nessa.

—No, eso no pasará — me apresuré en decir — Es para distraernos un momento, no para pelear. Melanie, tú también estás invitada.

La rubia me miró inquieta, de seguro ahora está pensando en como rechazar la invitación. No le suele agradar la idea de socializar.

—Yo no lo sé, mis padres quizá no me den permiso. No les gustará la idea de...

—Yo me encargo — silencia Sam con una pequeña sonrisa.

DestinadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora