Lucía
Nessa me hizo pasar a su casa, sus padres no se encontraban y tampoco sus hermanos, se habían ido de viaje; sin embargo, ella decidió quedarse en casa estudiando. Me invitó a cenar lo que ella misma preparó «cocina muy bien».
Me quedé mirando con detalle todo el espacio, nunca me imaginé estar dentro, había varias fotos de sus hermanos y de ella. Cuadros de la boda de sus papás o de sus viajes, se notaba esa felicidad en familia.
—Ven, debes descansar — me sujetó de la mano llevándome hacia las escaleras —Vas a dormir en mi habitación —abrió su puerta donde decía “Welcome” en colores pasteles.
Estoy en su habitación, nunca había llegado tan lejos, estoy impresionada.
Me agarró de los hombros para hacerme sentar en su cama, puse mi cabeza de lado y ella me sonrió. Se iba a dar media vuelta para retirarse, pero la detuve agarrando su mano.
—No quiero que te vayas — hablé bajito.
—¿Quieres que duerma contigo?
Ahora me siento nerviosa y no me atrevo a mirarla por vergüenza.
—¿Te quedas? — golpeé despacio el colchón, con la mirada baja. Sentí su risita y se acercó a sentarse a mi lado.
¿Cómo le digo que ya dormí por horas y que no tengo sueño?
Nessa acomodó la cama en unos segundos y me hizo una seña para acostarme, con mucha vergüenza lo hice y ella me siguió, se acostó a mi lado quedando en el filo de la cama.
—Tus padres se molestarán cuando se enteren de que estoy aquí — mencioné sin mirarla.
—Eso no pasará, no le tomes importancia, ellos no están aquí — respondió tranquila alzando la colcha y tapándome toda, se puso de lado para mirarme con atención—¿Confías en mí?
—Sí —ni lo dudé. Estúpida controla tus sentimientos.
—¿Te confieso algo? — asentí.
—Yo también confío en ti.
Mi corazón se está haciendo bolita y a la vez llenándose de ternura, ella es preciosa y tan perfecta.
Debes controlarte.
Comencé a verla con más atención, llegando a percatarme de su ropa, recién me doy cuenta de que lleva puesto mi polera que le di.
—Aún lo tienes —susurré sorprendida.
—Claro, decidí ponerme tu chaqueta esta noche porque hacía mucho frío, me abriga y cada vez que lo veo me recuerda cuando me trajiste cargada —sonrió más grande haciendo que me tape mi cara avergonzada.
Esto es tener a Lucía enamorada.
—Debes sentirte afortunada de ello.
—¿Ya volvió Lucia egocéntrica?
—Oh bebé, ella nunca se va — mi seguridad apareció.
Le dijiste bebé, estúpida.
—Después hablaremos de cómo me acabas de llamar, debes dormir — se estiró para apagar la luz. Se volvió a acomodar y se tensó al estar más cerca de mí.
—Gracias por salvarme esta noche — me acomodé — Buenas noches Ness.
(…)
Su respiración era muy relajante, me transmitía su tranquilidad, pero yo misma acababa con ello. No estoy segura cuánto tiempo pasó, aún no consigo el sueño, intento y solo logro sentirme más ansiosa.
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Destinadas
Teen FictionOtra vez recorriendo la ciudad de Ohio, donde vas a conocer personas muy agradables o tal vez, personas que hubieras deseado no conocer. En esta ciudad hay una cierta rubia, Lucía Miller, la más temida de su preparatoria por su fuerte carácter y mol...