72. Graduación Parte 2

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Vanessa

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Vanessa

—¿Dónde está? —arruga su frente pasando su mirada por todo el espacio.

—Cielo, él no...

—Ahí está —da un salto de emoción apretando mi mano.

Confundida me giro hacia donde Lu me señaló, Max ingresaba con un ramo grande de margaritas. Con su mano libre se arreglaba su saco gris, lucía de un elegante terno gris y una corbata negra. Max se veía más joven y renovado, no sé si se trataba por el nuevo corte de cabello, más el gel, o el hecho de que se quitó su barba.

Sobé mi pecho, respirando aliviada, él no iba a fallarla nunca.

—¿Me permite el baile?

Me hice a un lado pasándole la mano de mi novia hacia él, que hace una reverencia graciosa. Retrocedí dejándolos en su baile especial, Max antes le pide permiso para sujetarla de su cintura y ella asiente dándole manotazos suaves en sus hombros por los nervios.

Tan pronto recuerdo a Sam, lo encontré cabizbajo en un rincón apoyado sobre una mesa con sus brazos cruzados, estuve por buscar a mi madre, pero apareció a tiempo con Ava quien fue a buscarla. Se dirige a Sam jalándolo de nuevo al centro de la pista, aunque él se negaba avergonzado hasta que ve a mi madre acercarse, y lo único que hace él es abrazarla fuertemente, sentí una presión de tristeza en mi pecho.

—¿Nos falta alguien más? —la pelinegra me pregunta secando unas lágrimas.

—No, no... ¿Fabio? ¿Dónde está Fabio? —me sobresalto dispuesta a buscarlo, aunque me sorprendí al verlo bailando con una señora alta, simpática.

—Es la madre de Melody —murmura Ava con la misma sorpresa —Debe ser grandioso llevarse muy bien con tu suegra, ¿no?

—Lo es —afirmo.

Fabio mantenía una pequeña sonrisa, mirando atento a la señora agradable de su delante, parecía que ella le estaba dando consejos, le hablaba despacio, pacifica, y no había ni un poco de malicia en sus gestos. Y entre la multitud de espectadores, se abren dejando pasar a alguien más, la reconocí al instante, es su madre.

No tardó en verla, y tan rápido como pudo se lo dijo a la señora, quien esboza una sonrisa comprensible dándole el lugar. Fabio se acerca hasta su mamá extendiéndole ambas manos, suavemente la guía al compás de la melodía, en un segundo inesperado él se inclina a dejarle un beso en su frente, y aprieta sus labios conteniendo sus emociones que empezaban a ganarle.

—Intento no ponerme sentimental, lloro por todo, perdón.

Me reí bajito abrazando a Ava sobre sus hombros.

Volví a fijar mi vista hacia Lu, ella se reía por el característico sentido de humor de bailar de Max, aunque sus movimientos eran sincronizados. Se notaba su complicidad y confianza que compartían. En el medio del baile, Max se inclina y le susurra algo al oído haciéndola reír aún más. Lu toma las flores para golpearle su rostro aumentando sus risas.

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