10. Pequeño momento

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Vanessa

Me quedé mirando de lejos a cierta rubia, la notaba diferente, más decaída y de mal humor.

No he vuelto a recibir ninguna carta, ella misma dijo que sería la última y así fue.

—¿A quién tanto miras? — La voz de Sam se mete dentro de mi cabeza interrumpiendo mis pensamientos.

—A nadie importante — contesto siguiéndolo hasta llegar al comedor.

—No parecía — masculla pasándome la bandeja roja — ¿Querrás pollo? ¿Papás con salsa verde? ¿Bebida sin azúcar? — asentí y él las puso encima — ¿Me dirás a quién mirabas?

— A alguien que está por rendirse — Sam casi se quiebra el cuello de lo brusco que volteó.

—¿Cómo estás segura?

—Conozco unas cuantas señales — seguí caminando hasta llegar a la mesa de nuestros amigos — Mads — la pelirroja me sonrió.

—¿Hoy tu entrenadora les dio un aviso? — pregunta Archie que estaba al lado de Madison.

—¿Sobre qué? No ha dado ninguno — fruncí el ceño.

—Que raro — entrecierra sus ojos — ¿Quieren? — nos ofrece gomitas.

Negué para luego seguir comiendo, mi vista se quedó en el plato de Madison, no tenía nada.

—¿No tienes hambre?

—No me provoca nada aún — levanta las comisuras de sus labios.

—¿No quieres un poco de carne? Está suave — Archie le señala su plato y ella negó.

—Esperen, a Mads le encantan los panecillos con queso derretido — Sam levanta su bandeja queriendo invitarle.

—No, gracias — le dio un sorbo a su vaso de agua.

—¿No? Pero son tus favoritos, lo amas desde primero.

—Eso era antes — sonríe. Inconscientemente levanté mi mano y la llevé hasta su frente tomando su temperatura — No estoy enferma, me siento perfecta.

—¿Segura que no sientes molestia?

—Muy segura — me confirmó — ¿Creen que si la bandera de china se junta con la de brasil salga una combinación perfecta? — arrugué mi frente sin entender. Sus preguntas aleatorias son muy casuales, estoy acostumbrada a eso — En mi cabeza se ve un poco intenso el color.

—¿Brasil? ¿Por qué pensaste en Brasil? Pudo ser Canadá — Y Sam suele ponerle más dudas, solté una risita negando con mi cabeza.

—Pienso mucho en Brasil desde que me enteré que Noah es de ahí — levanté una ceja — En el último ensayo me quedé con él, horas extras, y me comentó de su país.

Noah, otro de los bailarines en el Club Stars.

—¿Te habló en portugués? — Madison asintió emocionada sonriendo grandemente.

—Se presentó en portugués Sam. ¿Sabes cuál fue la parte mala? No entendí nada — no quería reírme, pero no pude aguantar. Su manera de contar, su expresión y la manera que abre sus ojos se me hace chistoso.

—Te estás riendo gratis — susurra mi amigo — págame.

—El otro año — le saqué la punta de mi lengua, volteó sus ojos regresando a comer.

(...)

Lucía

Confundida agarré la nota celeste que encontré pegada dentro de mi casillero.

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