Lucía
Estuve feliz toda la mañana, hasta en la clase de Aritmética. No podía ocultar mi emoción por verla.
Tengo miedo por la cita con la psicóloga, pero más grande es mi emoción por poder salir con Nessa.
Años esperando este momento.
Cuando llegué a mi casa, saludé a todos sin dejar de sonreír, para ellos es raro porque no suelo actuar así.
Después del almuerzo me quedé hablando con Isabella, ella también está emocionada al verme de esta forma. Y terminó botando a Max de la cocina porque no dejaba de molestar.
Eran las 3:55 y me encuentro en la sala esperándola. Estoy nerviosa, y con miedo a que no venga.
Ella es Vanessa, dudo que te deje plantada.
Al menos que ella sea el karma de los chicos que dejé plantados.
3:58 vibró mi celular.
—Llegué por usted, señorita. Salga
antes que un guardia me mate
con su mirada.¡Max!
Agarré mi mochila pequeña, que siempre llevo cuando salgo de paseo, y salí rápido de mi casa.
Max me sonrió mientras abre la reja y yo le fruncí el ceño, no le iba a decir nada ahora, hasta cuando llegue.
Volteé mi mirada al frente y allí estaba ella, recostada en un auto negro, muy bonito, por cierto. Me dedicó una dulce sonrisa y bajó su mirada nerviosa, ella se ve tan bien con su polera azul, sus jeans negros y sus zapatillas haciendo juego con su ropa.
"I'm happy" Tenía de estampado con una cara feliz al revés.
— ¿Desde cuándo tienes un auto? - pregunté acercándome más - Hola.
Como siempre haciendo las cosas al revés.
— Hola, — levantó las comisuras de sus labios — Hace una semana mis papás me lo regalaron, por haber aprobado el examen.
— Cada vez que mencionas el examen, me recuerda que gané una apuesta - enfaticé la última frase - confié en ti, sabía que sí lo harías.
—No me hagas acordar esa fecha — arrugó su nariz y me jaló con cuidado hacia la puerta del copiloto - Casi repruebo por tu culpa — Me abrió la puerta y me hizo un gesto con su mano para que entre. Sonrojada, le hice caso y lo cerré. Ella se dio la vuelta para subirse al volante - ¿O ya te olvidaste?
— Perdón, señorita - se acomodó su cinturón soltando una risa y yo le copié el mismo gesto.
— ¿Puedes poner la dirección desde tu celular? - Asentí buscando la ubicación y cuando lo encontré, coloqué mi celular en un trípode - ¿Nerviosa?
— Un poco - un poco bastante.
— Todo saldrá bien, debes relajarte, hablar y escuchar, — puso su carro en marcha, no sabía si tardaríamos mucho, el consultorio queda casi saliendo de la ciudad.
De todas formas mi casa queda cerca a las afueras.
— ¿Crees que está bien sentir vergüenza?
—No eres culpable Lu... No te sientas avergonzada por algo que no cometiste - explicó calmada.
Me llamó Lu.
—Nadie me había dicho Lu - cerré mis ojos con fuerza al darme cuenta de que lo había dicho, y no pensado.
—Te diré Lu cuando te estés portando bien, y Lucía, cuando te portes como te conocí en el instituto, diré eso para no decir las otras palabras fuertes — No pude evitar reír — Acostúmbrate, te seguiré llamando Lu.
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Destinadas
Teen FictionOtra vez recorriendo la ciudad de Ohio, donde vas a conocer personas muy agradables o tal vez, personas que hubieras deseado no conocer. En esta ciudad hay una cierta rubia, Lucía Miller, la más temida de su preparatoria por su fuerte carácter y mol...