Epílogo

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El lugar más escalofriante para mí es el panteón

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El lugar más escalofriante para mí es el panteón. Mi cuerpo se estremece con cada paso que daba, el frío lastimaba mi rostro por lo fuerte que soplaba. Los días nublados regresaron a Ohio, y no puedo decir que los detesto, antes salía a leer en el parque con este clima, pero en esta ocasión, el cementerio silencioso no me hace verlo de la misma manera.

El corazón me pesa, y mis ojos tratan de esquivar una escena que me dolía presenciar. Sam está arrodillado al frente de la lápida de su madre, llorándola hasta el cansancio, lleva más de horas aquí, y nadie ha podido moverlo. Su madre tuvo la pésima decisión de quitarse la vida adelante de él. Lo peor es que nunca le confesó el delito, lo dejó con los pensamientos de que ella es "inocente".

Me coloco detrás de Sam, pasando mis brazos al rededor de su pecho, alzándolo levemente, y lo abrazo con fuerza. No existen palabras de consuelo, nada puede hacer que su perdida duela menos. Lo único que sí puedo hacer, es acompañarlo las horas que quiera, si se desvela, yo me desvelo con él.

Sus ojos hinchados no podían más con el llanto, le ardían. Lo convencí de que los cerrara mientras descansaba en mi hombro. Mis dedos helados rozan su rostro, intentando aliviar el malestar. Elevé una sonrisa al notar que sí funcionó, pude calmarlo, al menos un poco.

Nos quedamos media hora más sentados en el césped maltratado, hasta que él tuvo la iniciativa de irnos. Sam se está quedando en mi casa, es donde más necesita compañía, y en mi familia siempre tendrá el apoyo, que su padre le está negando. Por el momento se quedará en mi casa, y quizás sea hasta que sus hermanos menores regresen a Ohio.

—¿Necesitas algo?

—Voy a descansar un poco —contesta cabizbajo acomodando el sillón — ¿Luego me ayudas a estudiar?

—Podemos empezar mañana, hoy debes descansar —sujeto la manta azul de polar, y lo ayudo a taparse —Si necesitas algo, me avisas.

Apago las lámparas, luego de asegurarme que todo se encontraba en orden subí a mi habitación. Alisson estaba afuera de cuarto, recostada en el marco de la puerta, conversando por teléfono. Al verme me dedicó una pequeña sonrisa.

Alisson no volvió a escribirle a Camila, de hecho los mellizos se fueron a Italia, regresarán en dos semanas. Mi hermana decidió no insistir más, y dio un paso al costado, ahora se está dando la oportunidad de conocer a alguien más. Le aconsejé que no forzara nada, y solo se dejara fluir. Tengo entendido que aún no tiene nada serio, y ya sé a dónde va con ello, prefiero no saber, casi causa que mi amistad con Ava quiebre.

Es broma, no. Extraño a esa loca, me está siendo mucha falta. Luego de la oportunidad que le brindaron, ella aceptó sin problema. No sabía que no tenía familia, me enteré el mismo día que fui a despedirme de ella. Tenía dinero por herencia, pero se le empezaba a acabar, así que recibir esa gran oportunidad, fue de salvación. Esa noche se abrió demasiado conmigo, no creí que podría estar pasándole tantas cosas a la vez. Finalizó nuestra conversación maldiciéndome con ser su mejor amiga.

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