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La junta de Parlamento había terminado, Levi se encontraba exhausto después de estar debatiendo con comandantes de los diferentes regímenes por más de cuatro horas al igual que con su prima.

Armin se encontraba a su lado sirviéndole té para que pudiera relajarse, sin embargo después de toda esa discusión con los dirigentes le sería difícil encontrar la calma e incluso el sueño.

—Historia abdicara dos semanas después de que la Princesa llegue a Paradis, para ese entonces faltarán solo tres meses para su boda, por lo cual nos da el tiempo suficiente para tu coronación. —explicó Armin entregándole la taza.

—¿De verdad tanta gente ha solicitado entrar a Paradis?—preguntó Levi ignorando el hecho de que sería coronado.

Otro de los temas a hablar en la junta fue como el mundo, Paradis y el Imperio habían reaccionado al compromiso entre ellos dos. Los números de extranjeros a Paradis fueron los más altos que la Isla haya visto.

—La sola existencia de la Princesa llama la atención, Capitán. Las naciones quieren saber si es necesario un permiso para entrar a Paradis.

—¿Por qué quisieran llegar ahora?—preguntó Levi sin comprender.

—Para no perder detalle alguno sobre la relación de la Princesa Imperial con un demonio de Paradis. —dijo Armin ofreciéndole galletas que Levi negó.

—El compromiso fue una buena estrategia para atraer turistas, ya estamos trabajando en eso y por seguridad requeriremos permisos para todas las naciones excepto al Imperio, por supuesto y a Hizuru. —agregó Hange volteando hacia ellos.

—Tenemos dos semanas antes de la llegada de tu querida Princesa, arreglaremos todos los detalles de tu coronación en ese tiempo. —informó Armin observando su pequeña agenda mientras escribía.

—Planeamos que sea en Stohess, tu vestimenta la tiene que arreglar el sastre al igual que debes practicar para la toma de la corona.

De nuevo su vida comenzaba a ser controlada y dictada por otros que no fueran él, apenas la junta había concluido pero ya contaba con planes para las siguientes dos semanas.

Era agotador.

Imperio de la Luna

La familia Imperial perteneciente a la dinastía Kabáh, hasta la salida del Duque se enteraron del compromiso entre él y la hija adorada del Imperio. Sobra decir que fue una noticia de mal gusto para todos aquellos con el Kabáh en su nombre.

—Me parece una terrible noticia, Zaí. No tenías que permitir que tu hermana desposara a un demonio de esa Isla. —bufó la Princesa del Norte, Ixchel Kabáh.

GOD SAVE THE QUEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora