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Para los nuevos visitantes del Imperio, todo en esa nación era algo nuevo y desconocido. Desde las diferentes clases sociales que había, hasta las costumbres que existían en el Imperio.

—He notado que visten diferentes insignias en sus bandanas rojas, majestad. Algunas están bordadas, otras están en placas de metal. —dijo Hange a lado de la Emperatriz.

—No me sorprende que lo haya notado, después de todo usted es Comandante de La Legión de Reconocimiento, ¿cierto?—preguntó Zaí sonriendo mientras observaba a su hermana con Ackerman.

—Es correcto, majestad. —contestó Hange nerviosa por la fluidez que manejaba la Emperatriz con el idioma universal.

—Mi hermana nos leyó a mi padre y a mí, la carta que Ackerman le mandó. —dijo Zaí sin dejar de observar a aquellos dos. —Muy valiente de su parte, en verdad.

—No pretendía...—Zaí interrumpió a Hange.

—Usted no pero Lord Levi, sí. —dijo Zaí volteando hacia la cabina del barco, comenzó a caminar y Hange la siguió.

El barco avanzaba por los amplios canales del Imperio, los súbditos observaban con curiosidad pues nunca antes habían tenido visitas, mucho menos así de importantes en tiempos de luto.

—Es una invitación única, nunca habíamos sido los anfitriones. —murmuró Zaí dentro de la cabina, Hange cerró la puerta detrás de ella.

—Fue una sorpresa sin duda para todos en Paradis también, majestad. —contestó Hange nerviosa.

—La fuerza aquí es muy importante, sobre todo si se quiere desposar a una heredera. —Zaí volteó hacia Hange. —Ackerman cubre ese aspecto muy bien, ¿no lo cree?

Desde la cabina podían observar a la Princesa Alizel junto al Duque, de verdad que Levi sorprendía pues era un parlanchín a lado de ella.

—Creo que el Duque de Paradis es muy fuerte debido a su entrenamiento y apellido, majestad. —contestó Hange cuidadosa con sus palabras.

—Por favor Comandante, ¿cree que aceptamos esta visita porque queríamos extranjeros días después de la muerte de mi padre? Sea concreta y sea honesta, Ackerman quiere desposar a mi hermana, ¿cierto?—preguntó Zaí inclinándose a la Comandante.

Ella la miró nerviosa, su sudor la comenzaba a delatar pues era cierto, pero tenía que abstenerse a decir algún comentario indebido ya que esta oportunidad no la podían perder por una mala respuesta.

—Ciertamente mi Lord, Levi esta interesado en su hermana, majestad. —dijo Hange enderezando su postura.

Zaí la observó seria y luego volteó hacia aquellos dos, nadie afuera de la cabina podía observarlas. Notó que su hermana estaba siendo amable y que la plática era amena entre ambos.

GOD SAVE THE QUEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora