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La noche que arribaron a Mitras para aclarar con Parlamento la toma del trono de Levi por la abdicación de su prima fue terriblemente agotadora para el soldado más fuerte de la humanidad. No hubo una discusión concreta, simplemente fue una oración que terminó el cuento de hadas para el Duque de Paradis.

—Levi, en solo cuatro días te convertirás en rey de la Isla Paradis.

Los mismos miembros de Parlamento se ofrecieron informarle de la noticia a la Princesa, pero fue el Duque que tomó el valor de informarle lo que sucedería finalmente, una coronación antes que su boda.

Era esperada la reacción por parte de Alizel pues noches atrás se confesó que estaba aliviada que él, ni ella, estuviesen cerca de los altos cargos de sus respectivas naciones. Cuando ella aceptó continuar su compromiso después de la noticia, finalmente Levi se sintió en paz.

Los siguientes días fueron irreales. La calma que tuvo en Keranesse se volvió lejana pues en solo horas tuvo que repasar nuevamente el juramento a la corona de la Isla, al Culto de las Murallas  y a los habitantes de la Isla.

Sobra decir que en los siguientes días fue atendido por un sin fin de sirvientes, incluso al segundo día de llegar a Mitras la corona fue confeccionada para el diámetro de su cabeza.

El traje que utilizaba fue hecho a la medida de su tonificado cuerpo, con las medallas que lo hacían merecedor de su famoso apodo del soldado más fuerte de la humanidad. Inclusive sus zapatos fueron cuidadosamente seleccionados para esta tarde.

—Están esperándolo en Stohess, majestad. —habló Armin detrás de él.

El reflejo que Levi observaba en el espejo frente a él era completamente desconocido, nunca antes había visto su imagen tan elegante y con clase, pues pulcro siempre ha sido.

—¿Dónde esta Aliz?—preguntó preocupado intentando buscar calma en su prometida.

—Su alteza imperial esta esperando en la Iglesia junto a su grandeza el Duque de Stohess, majestad. —contestó Armin y Levi asintió dejando un pesado suspiro salir.

No la vería hasta después de su coronación, la presión era pesada de él para sostener sobre sus hombros, la verdadera responsabilidad de ser monarca comenzó mucho antes de lo que él creyó.

Todo pasaba muy rápido, de estar en la capital ahora se encontraba bajando del auto frente a la Iglesia de Stohess, trompetas sonaban, soldados de gran importancia sostenían las cuchillas del equipo de maniobras alto, logrando el efecto de un túnel de metal único para el monarca.

Su entrada a la Iglesia estaba siendo transmitida por los canales de Paradis para aquellos que no podían entrar a la misma, todos los presentes se levantaron para observarlo. A Levi jamás le había molestado la atención pero se sintió cohibido al notar tantas personas presentes únicamente para verlo ser coronado rey mientras que al fondo niños cantaban acompañados de un órgano.

GOD SAVE THE QUEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora