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Las muralla Sina obstruía por completo la luz de la mañana que llegaba a Mitras. La Princesa Imperial observaba las calles vacías mientras que el coche en el que viajaban era escoltado por sus guerreras y miembros de la policía militar.

—¡Me alegra saber que saldrás hoy a Stohess, Alizel! —habló Historia emocionada mirándola del otro lado del asiento.

—Levi insistió. —murmuró Alizel nerviosa.

Pues después de aquella última llamada con Levi tuvo que disculparse con Historia por su ignorancia respecto a la Isla, ninguna volvió a hablarse desde dicho incidente y claramente la Princesa Imperial no se sentía cómoda con ella.

—¡Me alegra! ¡Todos los preparativos han quedado listos! —exclamó Historia emocionada—Por lo que sé incluso tu vestido, pero aún hay detalles que Levi debe revisar.

—Entiendo. —se limitó Alizel a contestar—¿Qué restaurante escogieron en Stohess?

La Princesa de Paradis le dio una sonrisa que incomodaron aún más a la Princesa Imperial.

—Oh, es un restaurante de deliciosos postres, de verdad es una maravilla que tienes que probar. —dijo Historia y Alizel asintió.

—Lo haré, alteza. —contestó Alizel sin mas interés en continuar la conversación.

En definitiva asistía a dicha reunión porque su prometido se lo pidió y en tan solo días lo volvería a ver, no quería crear una discusión por la prima de él nuevamente. Así que el resto del viaje se mantuvo en silencio hasta que el chofer les avisó que se aproximaban a Stohess.

Alizel nuevamente sintió temor por los largos túneles que tenía que cruzar cada vez para pasar de un distrito a otro, eran largos, oscuros, estrechos y definitivamente su pesadilla al viajar por Paradis.

—¿Estás bien?—preguntó Historia al notar el rostro de la morena.

—Sí, lo estoy. —contestó Alizel una vez que salieron del túnel.

Era cierto que la Princesa no había abandonado su habitación en el castillo de Mitras, fue una sorpresa para ella ver a los distritos prepararse igualmente para su gran boda. Las calles se veían tan blancas con esos adornos por la futura boda, se preguntaba de dónde Historia había sacado tanto dinero para adornar las calles principales.

—No queda muy lejos, nos falta poco para llegar. —dijo Historia observando su itinerario con una delicada sonrisa.

La Princesa del Imperio no contestó pues aún estaba maravillada con las calles de Stohess, y pensar que hace unas horas estaba apunto de romper su compromiso.

Ya era muy tarde para hacer eso.

El auto finalmente se detuvo frente a un galante restaurante, "Stohess Delicacies" era el nombre del tan aclamado lugar. Fue Historia quien bajó primero y luego fue Alizel quien la siguió llamando la atención de algunos ciudadanos pues aquella piel color canela era única de cierta persona.

GOD SAVE THE QUEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora