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A partir de esa llamada, Petra Bozado se convirtió en la mujer más enamorada de todo Paradis.

Fue una simple conversación la que desató una serie de llamados constantes del Rey de Paradis hacia la Señora Bozado.

Desde su primera llamada pudieron conectar de nuevo, él habló por horas, disculpándose por no haberla contactado antes, que su labor de Rey lo mantenía muy ocupado y que su vida había dado un inesperado giro de 180º.

Ella lo perdonó de inmediato, le dijo comprender su nueva ocupación, ya no solo era un Capitán, era el rey de su nación y su itinerario seguro estaba más lleno que nunca, sobretodo ahora con su visita a Marley.

La plática continuó gracias a él, le contó la difícil tarea que tenía ahora de traer paz a su nación y que no se perdonaría fracasar. Ella lo calmó, le dijo que lo lograría y que estaba más que listo para hacer que Zeke Jaeger levantara bandera blanca.

Tuvieron que terminar su llamada puesto que Levi debía tener algunas horas de descanso al menos antes de encontrase por primera vez con el Rey Zeke y la manera en la que lo hizo, dieron vida nuevamente a su persona.

—Te extrañé.

Fueron las palabras que quedaron marcadas para Petra de la persona que amaba, incluso días después se permitió salir con sus amigas, pues la vida finalmente le sonreía.

—¡Hola a todas!—saludó Petra radiante una vez que llegó al restaurante en el que se citaron.

Concurrido principalmente por aquellos forrados de dinero en el Distrito Stohess, solo solían servir postres y distintos tés.

—¡Petra querida! —saludó el resto sonriéndole.

—Siéntate cariño, que estoy apunto de enseñarles algo que se morirán de envidia. —dijo Aufey sonriendo.

Petra hizo caso y una vez que lo hizo, la otra pelirroja sacó de su bolsillo un sobre.

—Ya comenzaron a repartir las invitaciones de la boda más esperada del siglo. —contó Aufey emocionada mostrando la invitación

La alegría de Petra se esfumó en cuanto observó el finísimo sobre rojo con detalles dorados, mientras Aufey lo abría el resto soltaba gritos de emoción.

—No puedo creer que ya las estén repartiendo, ¿nos llegará a nosotras también?—preguntó Alessandra ansiosa mientras que Aufey extendía la invitación.

—Las invitaciones de bodas reales son mucho más elaboradas que alguna del distrito...—murmuró Emma comenzando a leer.

Petra de igual forma lo hacía mientras en su mente solo podía pensar en la perfecta mujer que el amor de su vida estaba apunto de atarse para siempre con él.

GOD SAVE THE QUEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora