Inspirada en la trágica historia de amor de Lady Diana y con los personajes del mundo de Attack On Titan de Hajime Isayama.
Paradis esta en una crisis, necesitan una fuerte alianza para sobrevivir a Marley o enfrentarán una guerra que cobrará la vid...
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A partir de esa noche el resto de los días fueron esplendidos para la futura pareja, pues habían compartido íntimos secretos que hicieron a los dos por un momento olvidar su puesto noble y real.
Tanto que incluso Levi había olvidado la razón por la que se comprometió, haciéndose creer que desposó a la Princesa por amor y no por una fuerte alianza. Cada día mas que pasaba en Keranesse lo sentía como el último, pues en cualquier momento le informarían de la abdicación de su prima.
Alizel por su parte cepillaba estresada su cabello, haber escuchado aquella conversación de la servidumbre le dejó un dolor en el pecho, pues aquel increíble lugar perdió su magia cuando le contaron al respecto de por qué la familia Real visitaba la villa secreta de Keranesse.
—¿Lista para el desayuno?—preguntó Levi desde la puerta.
La Princesa volteó a él desconcertada, vestía una camisa blanca que era fajada por su pantalón ajustado de color negro, utilizaba botas cafés, siempre teniendo un elegante estilo aunque usara prendas comunes.
Alizel dejó su cepillo en su tocador, se levantó con cuidado de su silla, caminó hasta su prometido quien le extendió su mano y juntos bajaron hacia el primer piso para tomar el desayuno en la terraza.
Como siempre la mañana era cálida, el sol reflejaba sobre las aguas cristalinas del lago dándole un toque a la Villa, pues hacía parecer que esta sola irradiaba. El té estaba servido como los dos lo tomaban y la comida estaba a la espera de los dos como ha sido en los últimos veintiún días.
—¿Dormiste bien?—preguntó Levi preocupado por el descomunal silencio de Aliz.
La Princesa alzó la vista hacia él, sonrió de inmediato y asintió, Levi continuó su desayuno.
—¿Cuánto tiempo pasaremos aquí, Levi?—preguntó Alizel nerviosa. —La boda es en tres meses.
Finalmente aparecía la preocupación de la verdadera razón por la cual ella había viajado hasta Paradis: su boda con el duque de la Isla.
—Tu no debes preocuparte por eso, hay gente en Mitras ocupándose por nosotros.
—¿Crees que es lo correcto?—preguntó ella consternada mientras posaba su mirada sobre él.
Levi alzó sus ojos hacia ella sorprendido por el tono de su voz, era la primera vez que hablaba de esa forma. Relamió sus labios, colocó la taza devuelta sobre su plato de porcelana y la miró directamente a los ojos.
—¿Qué considero correcto?—preguntó Levi. Alizel soltó un pesado suspiro.
—Que la servidumbre organice toda nuestra boda, no somos los reyes de la Isla para que eso suceda.
—Creí que al ser Princesa estabas acostumbrada a que todo te lo hicieran. —replicó Levi colocando su servilleta, que estaba sobre su muslo, encima de la mesa.