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La prensa era sin lugar alguna fastidiosa, pues atacaban con flashes a la pareja real como si su vida dependiera de eso. Todos exclamaban por ellos y lo hicieron aún más con la triste Princesa que caminaba a lado del Rey, limpiando sus lágrimas.

—¿Ahora por qué está llorando? Jean, encárgate de ella. —bufó Roeg molesto al asistente y este asintió.

—¡Princesa! ¡Princesa! ¡¿Esta bien Princesa?!

La prensa preguntaba únicamente por el bienestar de su alteza imperial, ignorando el hecho histórico que su majestad estaba apunto de lograr.

—Aliz, deja de llorar. —murmuró Levi tomando su mano con fuerza—Por favor.

La Princesa Historia se acercaba alegre hacia la nueva pareja, pues tenía que detener el llanto de su alteza imperial ya que tomaba atención de su primo.

—Aliz, creí que estabas lista para esta despedida, ten compostura por favor. —habló Historia en un susurro.

La Princesa asintió, aún caminando a lado del Rey, realmente no se notaba que ella fuese la Princesa del Imperio, Roeg había logrado opacarla al menos en algo y fue en su vestimenta. Los sangre azul abordaron el barco en el que Levi viajaría, Alizel finalmente controlaba sus lágrimas pero mantenía los lentes de sol ya que sus ojos delatarían el mal estado en el que estaba.

El Rey no esperó a saludar a su capitán a cargo del barco, sujetó la muñeca de su prometida, camino por los pasillos e ingreso a su camarote real junto a ella.

—Deja de llorar. —bufó Levi nuevamente, pues aquella que lo mantenía firme y tranquilo ahora lo estaba desquiciando.

—¡No puedo!—exclamó Aliz frustrada—¡Me vas a dejar sola con esta gente que ni siquiera conozco y no me deja hacer lo que yo quiero para mi boda!

—¡Es nuestra boda, Alizel! ¡Nos casaremos en Paradis! ¡No en el Imperio! ¡Entiende!

—¡Eso ya lo sé! ¡Todos se han encargado de decírmelo!

—¡¿Y por qué no puedes entenderlo?! ¡Actúas como una niña!

—¡No soy una niña!

—¡Pues demuéstralo!

Nuevamente comenzaba una discusión interminable en el camarote real del barco, los tripulantes podían escucharlos, llevando a los asistentes de cada uno a preocuparse.

—Es una reunión importante a la que iré, Aliz. Tus constantes berrinches por la boda, no dejan concentrarme. —habló Levi acomodando su corbatín de color rojo—Durante mi estadía en Marley no hagas más dramas. Llegaré únicamente para casarme contigo, no para lidiar con minúsculos problemas de la boda, ¿entendido?

GOD SAVE THE QUEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora