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Gracias a su equipo de maniobras Levi volaba por los cielos, segundos después caía en perfecto equilibrio sobre la muralla y ahora Sina tenía el honor de contar con la presencia del Rey de Paradis, quien aparentemente realizaba una nueva actividad junto a algunos de sus antiguos colegas del ejército.

Ahora ya no servía activamente en la Legión, por lo cual extrañaba demasiado utilizar su equipo de maniobras y hoy se lo permitía al hacer carreras con los demás para subir más rápido la muralla.

—No ha perdido el toque capitán. —halagó Nanaba llegando después de Miche.

—Intento practicar cuando tengo tiempo. —murmuró el Rey observando el polvo y suciedad de Sina—Esta muralla es un asco...

Sus colegas sonrieron al notar su obsesión mostrarse nuevamente, en Castillo Levi no sufría pues todo brillaba de lo limpio que estaba. Además que en la nación de su esposa tenían hábitos impecables que actuar de forma obsesiva ni siquiera fue necesario.

—Me alegra que la guerra haya terminado, nunca pude preguntar —dijo Miche observando su equipo—, Levi ¿Su majestad Alizel pudo usarlo?

El Rey dejó de patear el polvo para mirar hacia Miche, luego observó su equipo de maniobras, aquel pequeño aparato que le otorgó la vida que ahora tiene.

—Sí —contestó Levi con una ligera sonrisa recordando—. Al principio fue difícil, pero sí pudo usarlo.

—Jamás había estado sobre Sina —dijo Hange admirando Castillo de Mitras a lo lejos—. Debemos encontrar qué hacer con estos, durante la guerra se producían como pan caliente por todos los daños que la Legión tenía...

—Ya no los pedimos en cantidades extensas como antes, sin querer dañamos la producción industrial, ¿no Levi?—habló Miche pero el Rey se encontraba muy concentrado en el equipo.

—Son muy útiles para dejar de ser producidos o solo servir para la guerra. Quiero que mis hijos crezcan y aprendan a utilizarlos, les encontraremos un mejor uso. —contestó el Rey comenzando a caminar por Sina.

—Estamos cerca de Stohess, desde aquí puedo ver la Iglesia al Culto. —dijo Nanaba siguiendo a su majestad.

El antiguo capitán sintió la euforia recorrer su cuerpo, aquí hace un año y pocas semanas fue cuando finalmente se despidió de su primer amor. Aquel día donde horas antes de su boda decidió entregar sus labios por última vez a Petra Ral.

Incluso de día la vista era preciosa, aquella que ellos dos habían admirado varias veces en María, Rose y donde Sina fue testigo de su último acto de amor.

—Deberías traer a Aliz a esta muralla, le encantaría esta vista. —dijo Hange acercándose a la orilla.

Levi giró el rostro hacia la comandante, incluso ella pensó en traer a la Reina para que admirara tan precioso paisaje antes que él.

GOD SAVE THE QUEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora