Capítulo 10

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En la entrada de la fiesta me esperaba María, noté su incomodidad al verme y me acerqué.

Se había esmerado con el atuendo, el vestido corto y blanco que había elegido era revelador y sentí ganas de quitárselo.

-Llegaste temprano.-

Intenté sonar amable pero su expresión era algo seria, contrariada.

-Si, es que... yo... creí que habíamos arreglado encontrarnos aquí para entrar juntos.-

Shit.

Se veía realmente muy bien, era bella, y se notaba que había dedicado tiempo a poner color a sus párpados y a sus regordetes labios.

Daba ganas de borrarle el color a besos.

Pero su comentario me dejó en claro que había llegado demasiado lejos compartiendo más de una follada con ella.

Yo estaba aprendiendo también, y mi primera lección había sido que solo podía follar una vez con cada chica, para evitar este tipo de situaciones molestas.

-En realidad te dije exactamente lo contrario, que entraras sola para no arruinarte ningún rollo que puedas tener esta noche.-

Vi su rostro descomponerse en un gesto de dolor, pero decidí no quedarme a verla sufrir, odiaba hacerle eso a alguien.

Caminé alejándome y entré a la fiesta.

La casa estaba iluminada solo con luces coloridas que se movían dando la sensación de mareo típico de las fiestas.

No era fácil reconocer a nadie, así que me moví buscando, pero no tuve éxito.

Luego de varias canciones de moda, una mano se cerró alrededor de mi muñeca y me giré.

Una chica rubia me miraba mientras sonreía, y se acercaba para hablarme al oído.

-Tú eres Gabriel, ¿verdad?.-

Asentí, y puse mi mejor cara de depredador.

Ella sonrió más y sin dudarlo un segundo le estampé un beso que ella recibió encantada.

Esa fiesta había empezado demasiado bien. Y aquello de ser un "sex symbol" me resultaba más sencillo de lo que creía.

Bailamos pegados sin respetar el ritmo de la música que sonaba, ella se dejaba envolver en mis brazos y no pensaba perder la oportunidad.

Una segunda chica apareció de la nada, mientras nos tomábamos un respiro, me miró de forma sugerente al tiempo que dejaba un beso demasiado húmedo en los labios de mi compañera, sonreí encantado y confirmé que estaba a punto de vivir una excelente noche.

La recién llegada movió su negra cabellera y me incitó a probar sus labios, lo hice y resultaron suaves y llenos de experiencia.

Los tres nos toqueteamos y nos besamos resguardados de la poca luz bajo un balcón interno de la gran casona.

No pensaba pasar a más en aquel lugar, pero las chicas parecían dispuestas a todo. La rubia intentó bajar la cremallera de mi pantalón y tuve que detenerla utilizando un poco de fuerza.

¿Pero qué demonios sucedía con las mujeres de allí?.

Aproveché un momento en el que ambas se besaban dejándome olvidado para apoyarme en la pared detrás de mí y mirar alrededor.

La casa era realmente enorme y parecía bastante moderna, no podría describirla en detalle por la falta de luz.

Un destello brillante llamó mi atención y miré frente a mi.

Suéñame despierta.(Completa ✔️) (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora